jueves, 31 de julio de 2014

CODEPENDIENTES. EL LENGUAJE DEL ADIÓS. 31 DE JULIO. DEJEMOS IR LO QUE QUEREMOS

Para aquellos de nosotros que hemos sobrevivido controlando y sometiéndonos, dejar ir puede no resultar fácil. (Más allá de la codependencia).

En la recuperación aprendemos que es importante identificar lo que queremos y necesitamos. ¿Con qué nos deja este concepto? Con un paquete grande pero claramente identificado de deseos y necesidades que actualmente no están satisfechos. Nos hemos arriesgado a dejar de negar y a empezar a aceptar lo que queremos y necesitamos. El problema es que ahí están, insatisfechos, los deseos y necesidades. Esta posición puede ser frustrante, dolorosa, enojosa y, a veces, productora de obsesión.
Después de identificar nuestras necesidades hay un siguiente paso a seguir para satisfacer nuestros deseos y necesidades. Este paso es una de las ironías de la recuperación. El siguiente paso es dejar ir nuestros deseos y necesidades después de que hemos seguido pasos concienzudos para identificarlos.
Los dejamos ir, renunciamos a ellos, a nivel mental, emocional, espiritual y físico. A veces, esto significa que necesitamos renunciar. No siempre es fácil llegar a este lugar, pero generalmente es a donde necesitamos llegar.
Con qué frecuencia he negado un deseo o una necesidad, y luego he seguido los pasos para identificar mis necesidades, sólo para sentirme enojada, frustrada y desafiada porque no tengo lo que quiero y no sé como conseguirlo. Si entonces me embarco en un plan para controlar o influir en la consecución de ese deseo o necesidad, por lo general empeoro las cosas. Buscar, tratar de controlar el proceso, no funciona. He aprendido, para mi consternación, a dejarlos ir.
A veces tengo que llegar al punto de decir: “No lo quiero. Me doy cuenta de que es importante para mí, pero que no puedo controlar el hecho de obtenerlo en mi vida. Ahora, ya no me importa si lo tengo o no. Voy a ser absolutamente feliz sin eso y sin ninguna esperanza de conseguirlo, porque estar con la esperanza de conseguirlo, me está volviendo loca, cuanta más esperanza tengo de conseguirlo y trato de hacerlo más frustrada me siento porque no lo estoy consiguiendo”.
No sé por qué este proceso funciona de esta manera. Lo único que sé es cómo me funciona a mí. No he encontrado otra alternativa al proceso de dejar ir.
A menudo podemos obtener lo que deseamos y necesitamos, o algo mejor. Dejarlo ir es parte de lo que hacemos para conseguirlo.


“Hoy lucharé por dejar ir esos deseos y necesidades que me están provocando frustración. Los pondré en mi lista de metas y luego lucharé por dejarlos ir. Confiaré en que Dios traerá a mí los deseos de mi corazón, en el tiempo que Dios quiera y a su manera”.

miércoles, 30 de julio de 2014

CODEPENDIENTES. EL LENGUAJE DEL ADIÓS. 30 DE JULIO. ACEPTA LA IMPOTENCIA

Desde que era niña, he tenido una relación antagónica con una importante parte emocional de mí misma: mis sentimientos.
Constantemente he tratado, ya sea de ignorar, reprimir o forzar mis sentimientos a que se alejen. He tratado de crear sentimientos no naturales o de forzar a que se alejen sentimientos que estaban presentes.
He negado que estaba enojada, cuando de hecho estaba furiosa. Me he dicho a mí misma que algo estaba mal conmigo por sentirme enojada, cuando la ira era la respuesta razonable y lógica para la situación.
Me he dicho a mí misma que las cosas no me dolían, cuando me dolían muchísimo. Me he contado a mí misma historias tales como “esa persona no tenía la intención de lastimarme”… “el o ella no saben actuar de otra manera”…”necesito ser más comprensiva”. El problema era que yo ya había sido demasiado comprensiva con la otra persona y no tan comprensiva y compasiva conmigo misma.
Y no nada mas he estado en guerra con los sentimientos grandes; he luchado contra todo el aspecto emocional de mí misma. He tratado de usar energía espiritual, energía mental e incluso el agotamiento físico para no sentir lo que necesitaba sentir para estar sana y viva.
No tuve éxito en mis intentos por controlar emociones. El control emocional ha sido una conducta de supervivencia para mi. Puedo darle gracias a esa conducta por ayudarme a atravesar muchos años y situaciones en que no tenia opciones mejores. Pero he aprendido una conducta mas sana: aceptar mis sentimientos.
Estamos hechos para sentir. Parte de nuestras disfunción es tratar de negar eso o de cambiarlo. Parte de nuestra recuperación significa aprender a dejarnos ir con la corriente de lo que estamos sintiendo y con lo que nuestros sentimientos están tratando de decirnos.
Somos responsables de nuestras conductas , pero no tenemos que controlar nuestros sentimientos. Podemos dejar que se den. Podemos aprender a abrazar, a disfrutar y a experimentar –sentir- nuestra parte emocional.


“Hoy dejaré de tratar de forzar y controlar mis emociones. En vez de ello, le daré poder

martes, 29 de julio de 2014

CODEPENDIENTES. EL LENGUAJE DEL ADIÓS. 29 DE JULIO. DIVIÉRTETE

Diviértete. Suéltate un poco ¡Disfruta la vida!

No tenemos que ser tan sombríos y serios. No tenemos que ser tan reflexivos, tan críticos, tan enfrascados en nosotros mismos y en los rígidos parámetros que otros, y a menudo nosotros mismos, nos hemos colocado.
Esta es la vida, no un servicio fúnebre. Diviértete con ella. Entra en ella. Participa. Experimenta. Corre algún riesgo. Sé espontáneo. No estés siempre tan preocupado por hacer lo correcto, por hacer lo apropiado.
No te preocupes tanto por lo que otros puedan pensar o decir. Lo que piensen y digan es asunto suyo, no nuestro. No tengas tanto miedo a cometer un error. No seas tan temeroso y tan propio. No te inhibas tanto.
La intención de Dios no es que fuéramos tan inhibidos, tan restringidos, tan controlados. Estos parámetros represivos son los que otra gente nos ha impuesto, lo que nosotros hemos permitido que se nos haga.
Fuimos creados plenamente humanos. Se nos dieron emociones, deseos, esperanzas, sueños, sentimientos. ¡En alguna parte de nuestro interior hay un niño vivo, emocionado, que ama la diversión! ¡Déjalo salir! ¡Déjalo que salga vivo! Déjalo que se divierta un poco, no solo dos horas el sábado en la noche. ¡Tráele aquí con nosotros, déjale ayudarnos a disfrutar este don de estar vivos, de ser completamente humanos y de ser como somos.!
Tantas reglas. Hemos vivido con tanta vergüenza. Sencillamente no es necesario. Nos han lavado el cerebro. Ahora es momento de liberarnos,de dejarnos ir y de entrar a una vida plena y plenamente humana.
No te preocupes. Aprenderemos nuestras lecciones cuando sea necesario. Hemos aprendido la disciplina. No nos descarriaremos. Lo que sucederá es que comenzaremos a disfrutar la vida. Empezaremos a disfrutar y a experimentar a nuestro ser completo. Podemos confiar en nosotros mismos. Ahora tenemos limites. Tenemos nuestro programa como base. Podemos darnos el lujo de experimentar y tener experiencias. Estamos en contacto con nosotros mismos y con nuestro Poder Superior. Se nos está guiando, pero no se le puede guiar a un objeto congelado, inanimado. Ni siquiera se le puede mover.
Diviértete un poco. Suéltate un poquito. Rompe unas cuantas reglas. Dios no nos castigará. No tenemos que permitirle a la gente que nos castigue. Y nosotros podemos dejar de castigarnos a nosotros mismos. Mientras estemos vivos y aquí, empecemos a vivir.


“Hoy me permitiré divertirme un poco. Me soltaré un poquito, sabiendo que no me resquebrajaré y romperé. Dios mío, ayúdame a dejar ir mi necesidad de ser tan inhibido, propio y reprimido. Ayúdame a inyectarme a mí mismo una gran dosis de vida dejándome estar completamente vivo y ser plenamente humano”.

lunes, 28 de julio de 2014

CODEPENDIENTES. EL LENGUAJE DEL ADIÓS. 28 DE JULIO. MIEDO

Un día, decidí probar algo nuevo. Llevé a mi hijo de diez años al río Saint Croix en una Waverunner. Una Waverunner es un pequeño vehículo de bote parecido a una motocicleta.
Nos pusimos chalecos salvavidas y nos embarcamos en una experiencia que resultó ser tan regocijante como atemorizante: regocijante cuando me permití disfrutarla; atemorizante cuando pensé demasiado en lo que estaba haciendo y en las terribles cosas que podrían suceder.
A la mitad de nuestro paseo, el peor de mis miedos se hizo realidad. Volcamos. Estábamos dando tumbos en treinta pies de agua. La Waverunner se sacudía en las olas frente a mí, como una tortuga motorizada sobre su lomo.
“Que no te entre pánico”, dijo mi hijo calmadamente.
¿Y si nos ahogamos?, objeté.
“No podemos”, me dijo. “Tenemos chalecos salvavidas. ¡Mira! Estamos flotando”.
“El aparato está bocabajo”, le dije. “¿Cómo vamos a hacer para enderezarlo?”
“Justamente como el hombre nos dijo”, respondió mi hijo. “La flecha apunta hacia este lado”.
Con un movimiento fácil, volteamos el aparato boca arriba.
“¿Y qué si ya no podemos volver a subirnos en ella?”, pregunté.
“Sí podemos”, contestó mi hijo. “Para eso están hechas las Waverunners: para montarlas sobre el agua.”
Me relajé y mientras conducía de regreso, me pregunté por qué me había asustado tanto. Pensé que quizá era porque no confío en mi capacidad para resolver problemas. Quizá porque una vez casi me ahogué por no traer puesto un chaleco salvavidas.
Pero tampoco esa vez te ahogaste, me aseguró una pequeña voz en mi interior. Sobreviviste.
Que no te entre el pánico
Los problemas se hicieron para resolverlos. La vida se hizo para vivirla. Aunque a veces el agua nos tape la cabeza, sí, quizá hasta necesitemos sumergirnos en ella unos cuantos momentos y tragar unos cuantos buches de agua, no nos ahogaremos. Llevamos puesto –y siempre lo hemos llevado puesto-un chaleco salvavidas. Ese chaleco
de apoyo se llama “Dios”.


“Hoy, me recordare de cuidar de mi mismo. Cuando me hunda hasta la cabeza, Dios estará allí apoyándome, aunque mis miedos traten de hacérmelo olvidar”.

domingo, 27 de julio de 2014

CODEPENDIENTES. EL LENGUAJE DEL ADIÓS. 27 DE JULIO. DEJA IR

Deja de tratar con insistencia de controlar las cosas. Nuestra labor no es controlar a la gente, los resultados de los sucesos, las circunstancias, la vida. Quizá en el pasado no pudimos confiar y dejar que las cosas sucedieran. Pero ahora podemos hacerlo. La manera como se está desenvolviendo la vida es buena.

Déjala que se desenvuelva.

Deja de empeñarte en hacer las cosas mejor, de ser mejor, de ser más. Ser como somos y hacer las cosas como las hacemos es suficientemente bueno para hoy.

Ser como éramos y hacer las cosas como las hacíamos fue bastante bueno ese día.

Aligerémonos. Dejemos ir. Dejemos de esforzarnos tanto.


“Hoy me dejaré ir. Dejaré de tratar de controlar todo. Dejaré de tratar de ser mejor y de hacerlo todo mejor, y simplemente me dejaré ser”.

CODEPENDIENTES. EL LENGUAJE DEL ADIÓS. 27 DE SEPTIEMBRE. RETROCESOS TEMPORALES

A veces, después de empezar la recuperación, las cosas parecen empeorar. Nuestras finanzas, nuestras relaciones o nuestra salud pueden parecer deteriorarse

Esto es temporal. Esta es una parte normal de la recuperación y de la curación. Puede ser que las cosas sean así durante un tiempo, pero no demasiado.

Sigue trabajando en la recuperación, y la tendencia se revertirá. En poco tiempo, las cosas, y nosotros, estaremos mejor que estábamos antes. Esta vez, la base será sólida.


“Dios mío, ayúdame a confiar en Ti y en la recuperación, aunque tenga retrocesos. Ayúdame a recordar que los problemas son temporales y que cuando se solucionen, estaré en un terreno más firme”.

sábado, 26 de julio de 2014

CODEPENDIENTES. EL LENGUAJE DEL ADIÓS. 26 DE JULIO. ADUEÑÉMONOS DE NUESTRO PODER

¿No lo ves? no tenemos por qué sentirnos tan victimados por la vida, por la gente, por las situaciones, por el trabajo, por nuestros amigos, por nuestras relaciones amorosas, por nuestra familia, por nosotros mismos, por nuestros sentimientos, por nuestros pensamientos, por nuestras circunstancias.
No somos víctimas. No tenemos que ser víctimas. ¡De eso es de lo que se trata!.
Sí, admitir y aceptar la impotencia es importante. Pero ése es un primer paso, una introducción a este asunto de la recuperación. Luego, viene el adueñarnos de nuestro poder. Cambiar lo que podamos.
Esto es tan importante como admitir y aceptar la impotencia. Y hay tanto que podemos cambiar.
Podemos adueñarnos de nuestro poder, dondequiera que vayamos, dondequiera que estemos, con quienquiera que estemos. No tenemos que quedarnos ahí parados con las manos atadas, con un desamparo rastrero, sometiéndonos a cualquier cosa que venga. Hay cosas que podemos hacer. Podemos hablar. Resolver el problema. Usar el problema para motivarnos a hacer algo bueno por nosotros mismos.
Podemos hacernos sentir bien a nosotros mismos. Podemos alejarnos. Podemos regresar en nuestros propios términos. Podemos defendernos. Podemos rehusarnos a dejar que los otros nos controlen y nos manipulen.
Podemos hacer lo que necesitamos hacer para cuidar de nosotros mismos. Esa es la belleza la recompensa, la corona de la victoria que se nos da en este proceso llamado recuperación. ¡De eso es de lo que se trata!
Si no podemos hacer nada respecto de la circunstancia, podemos cambiar nuestra actitud. Podemos hacer un trabajo interior: encarar valientemente nuestros asuntos para no ser victimados. Se nos ha dado una maravillosa llave para la vida.
Ya no somos víctimas, a menos que queramos serlo.
La libertad y la alegría son nuestras si las tomamos, si las sentimos, por el duro trabajo que hemos realizado.


“Hoy me recordaré a mi mismos tan frecuentemente como sea necesario de que no soy una víctima, y que no necesito ser victimado por ninguna cosa que se me venga. Trabajaré duro para quitarme la máscara de víctima, ya sea que esto signifique fijar un límite y hacerlo respetar, alejarme, lidiar con mis sentimientos o darme a mí mismo lo que necesito. Dios mío, ayúdame a dejar ir mi necesidad de sentirme victimado”.

viernes, 25 de julio de 2014

CODEPENDIENTES. EL LENGUAJE DEL ADIÓS. 25 DE JULIO. SÍGUELE

Sigue practicando tus conductas de recuperación, aunque las sientas difíciles, aunque aun no las domines, incluso aunque aun no las entiendas.
A veces se tarda uno años en que un concepto de recuperación vaya de nuestra mente a nuestro corazón y a nuestra alma. Necesitamos trabajar las conductas de recuperación con la diligencia, con el esfuerzo y con la repetida practica que aplicamos a nuestras conductas codependientes. Tenemos que obligarnos a hacer cosas aunque no nos parezcan naturales. Necesitamos decirnos a nosotros mismos que nos importamos y que podemos cuidar de nosotros mismos aunque no creamos en lo que estamos diciendo.
Necesitamos hacerlo, y hacerlo, y hacerlo, día tras día, año tras año.
Es poco razonable esperar que adoptemos este nuevo modo de vida de la noche a la mañana. Podemos tener que “actuar como si” durante meses, años, antes de que las conductas de recuperación se conviertan en algo fijo y natural.
Incluso después de años, podemos descubrirnos, en tiempos de estrés o de coacción, revirtiéndonos a viejas maneras de pensar, de sentir y de comportarnos.
Podemos tener capas de sentimientos que no estamos listos para reconocer hasta que llevemos varios años de recuperación. ¡Eso está bien! Cuando llegue el momento, lo haremos.
¡No te des por vencido! Se lleva tiempo imbuirnos de amor propio hasta la médula. Requiere una práctica constante. De tiempo y experiencia. De lecciones, lecciones y más lecciones.
Luego, justamente cuando creemos que hemos llegado, descubrimos que tenemos más que aprender.
Esa es la alegría de la recuperación. ¡Que seguimos aprendiendo y creciendo toda nuestra vida!
Sigue cuidando de ti mismo, a pesar de lo que sea. Sigue bregando con las conductas de recuperación, un día a la vez. Sigue amándote a ti mismo, aunque no lo sientas como algo natural. Actúa como si lo fuera, tanto tiempo como sea necesario, aunque ese periodo te parezca demasiado largo.
Un día sucederá. Despertarás y descubrirás que aquello con lo que estabas luchando, por lo que estabas trabajando tan duro y habías estado forzándote a hacer, finalmente lo sientes a gusto. Te ha llegado hasta el alma.
Luego, prosigues aprendiendo algo nuevo y mejor.


“Hoy bregaré con mis conductas de recuperación, aunque no las sienta como algo natural. Me forzaré a practicarlas aunque me parezca difícil. Trabajaré por amarme a mí mismo hasta que realmente me ame”.

jueves, 24 de julio de 2014

CODEPENDIENTES. EL LENGUAJE DEL ADIÓS. 24 DE JULIO. NEGACIÓN

La negación es una herramienta poderosa. Nunca subestimes su capacidad para nublar tu visión.

Estate consciente de que, por muchas razones, nos hemos vuelto expertos en utilizar esta herramienta para hacer la realidad más tolerable. Hemos aprendido bien a detener el dolor causado por la realidad, no cambiando nuestras circunstancias, sino pretendiendo que son diferentes.

No seas demasiado duro contigo mismo. Mientras una parte de ti estaba ocupada creando una realidad de fantasía, la otra se puso a trabajar para aceptar la verdad.

Ahora es tiempo ya de encontrar valor. De encarar la verdad. De dejarla introducirse suavemente en nosotros.

Cuando podamos hacerlo, se nos llevará hacia delante.


“Dios mío, dame el valor y la fuerza para verme claramente”.

miércoles, 23 de julio de 2014

CODEPENDIENTES. EL LENGUAJE DEL ADIÓS. 23 DE JULIO. FORZAR A QUE SUCEDA

Deja de tratar que suceda algo.
Dejar de hacer, tanto si esto te está desgastando o con ello no estás logrando los resultados deseados. Deja de pensar tanto en ello. Deja de preocuparte por ello. Deja de estar tratando de forzar, de manipular, de obligar o de hacer que suceda.
Hacer que sucedan las cosas es controlar. Podemos tomar una acción positiva para ayudar a que sucedan las cosas. Podemos hacer nuestra parte. Pero muchos de nosotros hacemos más que nuestra parte.
Sobrepasamos los límites de cuidar y hacer nuestra parte y nos embarcamos en una conducta controladora, coercitiva, de cuidar excesivamente a los demás.
Controlar es autoderrotista. No funciona. Al ofrecernos demasiado para hacer que suceda algo, de hecho podemos estar impidiendo que ocurra.
Haz tu parte relajadamente, con armonía, en paz. Luego, déjalo ir.
Simplemente déjalo ir. Oblígate a dejarlo ir si es necesario. “Actúa como si”. Pon tanta energía en dejarlo ir como las has puesto en tratar de controlar. Obtendrás mucho mejores resultados.
Puede que no suceda. Puede ser que ocurra de la manera como nosotros queríamos y esperábamos. Pero nuestra conducta controladora tampoco hubiera logrado que sucediera.
Aprende a dejar que las cosas sucedan, porque así ocurrirá, de todas maneras. Y mientras esperamos a ver qué sucede, estaremos más felices y también lo estarán quienes nos rodean.


“Hoy dejaré de forzar a que sucedan las cosas. En vez de ello, permitiré que las cosas ocurran de manera natural. Si me sorprendo tratando de forzar eventos o de controlar a la gente, me detendré y descubriré una manera de desapegarme”.

martes, 22 de julio de 2014

CODEPENDIENTES. EL LENGUAJE DE ADIÓS. 22 DE JULIO. APRENDE A CONFIAR DE NUEVO

Muchos de nosotros tenemos asuntos relacionados con la confianza.
Algunos de nosotros hemos tratado largo tiempo de confiar en gente que no es digna de confianza. Una y otra vez hemos creído en mentiras y promesas que nunca se cumplieron. Algunos de nosotros tratamos de confiar en imposibles; por ejemplo, confiar en que un alcohólico practicante no iba a volver a beber.
Algunos de nosotros confiamos inadecuadamente en nuestro Poder Superior. Confiamos en Dios para que consiguiera que otra gente hiciera lo que nosotros queríamos, y luego nos sentimos traicionados cuando eso ocurrió.
A algunos de nosotros se nos enseño que no se podía confiar en la vida, que teníamos que controlar y manipular nuestro paso por ella.
A la mayoría de nosotros se nos enseñó, inapropiadamente, que no podíamos confiar en nosotros mismos.
En la recuperación, nos estamos curando de nuestros asuntos relacionados con la confianza. Estamos aprendiendo a confiar de nuevo. La primera lección en cuanto a la confianza es esta: Se puede en nosotros. Si otros nos han enseñado que no podemos confiar en nosotros mismos, estaban mintiendo. Las adicciones y los sistemas disfuncionales hacen mentir a la gente.
Podemos aprender a confiar apropiadamente en nuestro Poder Superior, no para que la gente haga lo que queremos que haga, sino para que nos ayude a cuidar de nosotros mismos y a traer a nosotros las mejores circunstancias posibles, y en el mejor momento posible, a nuestra vida.
Podemos confiar en el proceso, de la vida y la recuperación. No tenemos que controlar, obsesionarnos o volvernos hipervigilantes. Quizá no siempre comprendamos a donde estamos yendo, o que se esta obrando en nosotros, pero podemos confiar en que está ocurriendo algo bueno.
Cuando aprendamos a hacer esto, estaremos listos para aprender a confiar en otras personas. Cuando confiemos en nuestro Poder Superior y confiemos en nosotros mismos, sabremos en quién confiar y por qué confiamos en esa persona.
Quizá siempre lo hicimos. Simplemente no nos escuchamos lo suficiente a nosotros mismos o no confiamos en lo que habíamos escuchado.


“Hoy afirmaré que puedo aprender a confiar adecuadamente. Puedo confiar en mí mismo, en mi Poder Superior y en la recuperación. También puedo aprender a confiar adecuadamente en los demás”.

lunes, 21 de julio de 2014

CODEPENDIENTES. EL LENGUAJE DEL ADIÓS. 21 DE JULIO. BASTA CON SER

No siempre tenemos claro qué estamos experimentando, o por qué.

En medio de la pena, de la transición, de la transformación, del aprendizaje, de la curación, o de la disciplina, es difícil tener una perspectiva.

Eso es porque aún no hemos aprendido la lección. Estamos en medio de ella. El don de la claridad aún no ha llegado.

Nuestra necesidad de control se puede manifestar como una necesidad de saber exactamente qué está sucediendo.

No siempre podemos saberlo. A veces necesitamos dejarnos ser y confiar en que la claridad vendrá después, en retrospectiva.

Si estamos confundidos, así es como se supone que debemos estar. La confusión es temporal. Luego veremos. La lección, el propósito, se revelará, a su tiempo, a su propio tiempo.

Todo tendrá perfecto sentido, después.


“Hoy dejaré de esforzarme en saber lo que no sé, en ver lo que no puedo ver, en entender lo que aún no entiendo. Confiaré en que es suficiente ser, y dejaré ir mi necesidad de averiguar las cosas”.

domingo, 20 de julio de 2014

CODEPENDIENTES. EL LENGUAJE DEL ADIÓS. 20 DE JULIO. DEJAR IR LA RESISTENCIA

No tengas tanta prisa por seguir adelante.
Relájate. respira hondo. Se. permanece en armonía hoy.
Guarda una actitud abierta. Hay belleza a nuestro alrededor y en nuestro interior hoy.Hay un propósito y un significado en el día de hoy.
El día de hoy tiene importancia, no tanto por lo que nos suceda, sino por como respondamos.
Deja que transcurra el día de hoy. Aprendemos nuestras lecciones, resolvemos cosas, cambiamos de una manera sencilla: viviendo plenamente nuestra vida hoy.
No te preocupes por los sentimientos, problemas o regalos del mañana. No te preocupes si podremos confiar en nosotros mismos, en la vida o en nuestro Poder Superior mañana.
Todo lo que necesitemos hoy nos será dado. Esa es una promesa, de Dios, del Universo.
Siente los sentimientos de hoy. Soluciona los problemas de hoy. Disfruta los regalos de hoy. Confía en ti mismo hoy, en la vida y en tu Poder Superior.
Adquiere el arte de vivir plenamente el hoy. De absorber las lecciones, la curación, la belleza, el amor de que disponemos hoy.
No tengas tanta prisa por seguir adelante. No hay prisa. No podemos escapar; tan sólo posponemos. Deja ir los sentimientos; respira en paz y en curación.
No tengas tanta prisa por seguir adelante.


“Hoy, no correré de mí mismo, de mis circunstancias o de mis sentimientos. Estaré abierto a mí mismo, a los otros, a mi Poder Superior y a la vida. Confiaré en que al enfrentar el hoy al máximo de mi capacidad, adquiriré las destrezas que necesite para encarar el mañana”.

sábado, 19 de julio de 2014

CODEPENDIENTES. ELLENGUAJE DEL ADIÓS. 19 DE JULIO. PROBÉMOSLO A NOSOTROS MISMOS

Me pasé un año tratando de probarle a mi esposo cuánto me estaba lastimando que él bebiera. Cuando empecé a recuperarme, me di cuenta que era yo la que debía darme cuanta de cuánto me estaba lastimando que él bebiera. (Anónimo).
Me pasé meses tratando de probarle a un hombre cuán responsable y sana era yo. Luego me di cuenta de lo que estaba haciendo. El no tenía que darse cuenta de cuán responsable y sana era yo. Yo era la que tenía que darme cuenta. (Anónimo).

Tratar de probar lo buenos que somos, tratar de probar que somos suficientemente buenos, tratar de demostrarle a alguien cuánto nos ha herido, tratar de demostrarle a alguien que somos comprensivos, son signos de advertencia de que podemos estar dentro de nuestras conductas autoderrotistas.
Pueden ser una indicación de que estamos tratando de controlar a alguien. Pueden ser una indicación de que no estamos creyendo lo buenos que somos, que somos suficientemente buenos, o de que alguien nos está lastimando.
Pueden ser una advertencia de que hemos permitido quedarnos enganchados en un sistema disfuncional. Pueden indicar que estamos atorados en esa densa niebla de la negación, que estamos haciendo algo que no nos conviene.
Tratar excesivamente de demostrarle algo a alguien puede significar que aún no nos hemos demostrado ese algo a nosotros mismos. Una vez que nos lo hayamos demostrado a nosotros mismos, una vez que lo hayamos comprendido, sabremos qué hacer.
La cuestión no es que otros nos entiendan y nos tomen en serio. La cuestión no es que los demás crean que somos buenos o que somos suficientemente buenos. La cuestión no es que otros vean y crean lo responsables o adorables o competentes que somos. La cuestión no es que los demás se den cuenta o no cuán hondamente estamos sintiendo un sentimiento en particular. Somos nosotros los que necesitamos ver la luz.


“Hoy, Dios mío, ayúdame a dejar ir mi necesidad de controlar los resultados de los eventos influyendo sobre las creencias de los demás. Me concentraré en aceptarme a mí mismo, en vez de en tratar de probar algo acerca de mí mismo. Si me sorprendo en la trampa codependiente de tratar de enfatizar algo cerca de mí ante otra persona, me preguntaré si necesito convencerme a mí mismo acerca de mi ante otra persona, me preguntare si necesito convencerme a mi mismo acerca de este punto.

viernes, 18 de julio de 2014

CODEPENDIENTES. EL LENGUAJE DEL ADIÓS. 18 DE JULIO. TIEMPO PARA ENOJARSE

Ya es tiempo de que te enojes, sí, de que te enojes mucho.
La ira puede ser una emoción tan potente, atemorizante. También puede ser un sentimiento que nos guíe hacia importantes decisiones, a veces decisiones difíciles de tomar. Puede ser señal de los problemas de otras personas, de nuestros problemas, o simplemente de problemas que debemos enfrentar.
Negamos nuestra ira por una serie de razones. No nos damos permiso para permitir que aflore en nuestra conciencia, al principio. Entiende que la ira no desaparece; se asienta en capas bajo la superficie, esperando a que estemos listos, a que nos sintamos seguros y que estemos lo suficientemente fuertes para lidiar con ella.
Lo que podemos hacer en vez de encarar nuestra ira y lo que esta nos esta diciendo acerca del cuidado de uno mismo, es sentirnos dolidos, victimados, atrapados, culpables e inseguros acerca de como cuidar de nosotros mismos. Podemos aislarnos, negar, dar pretextos y esconder la cabeza en la arena, por un tiempo.
Podemos castigar, desquitarnos, levantarnos y preguntarnos.
Podemos perdonar repetidamente a la otra persona por conductas que nos lastiman. Podemos temer que alguien se aleje si enfrentamos la ira que sentimos hacia él o ella. Podemos temer que tengamos que alejarnos nosotros si nos enfrentamos a nuestra ira.
Podemos simplemente tener miedo de nuestra ira y de la potencia de ésta. Podemos no saber que tenemos derecho, una responsabilidad incluso –para con nosotros mismos- de permitirnos sentir nuestra ira y aprender de ella.

“Dios mío, ayuda a que afloren mis sentimientos de ira ocultos o reprimidos. Ayúdame a tener el valor para encararlos. Ayúdame a comprender cómo debo cuidar de mí mismo con la gente hacia la cual siento ira. Ayúdame a dejar de decirme a mí mismo que algo anda mal conmigo cuando la gente me victima y me siento enojado por la victimización. Puedo confiar en que mis sentimientos son señal de que existen problemas que necesitan mi atención”.

jueves, 17 de julio de 2014

CODEPENDIENTES. EL LENGUAJE DEL ADIÓS. 17 DE JUKIO. AMOR, CON PALABRAS Y ACCIONES

Muchos de nosotros tenemos nociones confusas acerca de qué significa que nos amen y se preocupen por nosotros.
A muchos de nosotros nos cuidaron y nos amaron personas que tenían discrepancias entre lo que decían y lo que hacían.
Podemos haber tenido una madre o un padre que nos decía “te amo”, y que luego nos abandonó o nos descuidó, dejándonos con ideas confusas acerca del amor. Y por tanto, ese patrón de conducta lo sentimos como amor, el único amor que conocimos.
Algunos de nosotros hemos estado al cuidado de personas que nos proveían en nuestras necesidades y decían amarnos, pero simultáneamente abusaban de nosotros o nos maltrataban. Esa, entonces, se convierte en nuestra idea del amor.
Algunos de nosotros podemos haber vivido en ambientes emocionales estériles, donde la gente decía amarnos, pero no demostraba sus sentimientos ni su solicitud. Esa puede haberse convertido en nuestra idea del amor.
Podemos aprender a amar a los demás o a nosotros mismos de la manera como hemos sido amados, o podemos dejar que otros nos amen de la manera como hemos sido amados, nos sintamos bien con ello o no. Ya es tiempo de dejar que se satisfagan nuestras necesidades de maneras que realmente funcionen. El amor enfermizo podrá satisfacer algunas necesidades superficiales, pero no nuestra necesidad de ser amados.
Podemos llegar a esperar congruencia en la conducta de los demás.
Podemos disminuir el impacto de las puras palabras e insistir en que estén de acuerdo las acciones con las palabras.
Podemos encontrar valor, cuando sea apropiado, para confrontar las discrepancias entre palabras y acciones, no para avergonzar, para culpar o para encontrar culpables, sino para ayudarnos a permanecer en contacto con la realidad y con nuestras necesidades.
Podemos dar y recibir amor cuando la conducta está de acuerdo con las palabras de uno. Merecemos recibir y dar lo mejor que el amor puede ofrecer.


“Hoy estaré abierto a dar y recibir el amor más sano posible. Vigilaré las discrepancias entre las palabras y las conductas que me confunden y me vuelven loco. Cuando eso suceda, entenderé que no estoy loco; que estoy en medio de una discrepancia”.

miércoles, 16 de julio de 2014

CODEPENDIENTE. EL LENGUAJE DEL ADIÓS. 16 DE JULIO. INSISTE EN LO MEJOR

Nos merecemos lo mejor que pueden ofrecer la vida y el amor, pero cada uno de nosotros enfrenta el desafió de aprender a identificar que significa eso en su vida. Cada uno de nosotros debe llegar a comprender lo que creemos merecer, lo que queremos y si lo estamos recibiendo o no.
Se puede empezar desde un solo lugar, y ese es justamente en el que estamos, en nuestras circunstancias actuales. El lugar desde el cual comenzamos es con nosotros.
¿Que nos duele? ¿Que nos enoja? ¿De que nos estamos quejando y lamentando? ¿Estamos menospreciando cuanto nos esta doliendo una conducta en particular? ¿Estamos disculpando a la otra persona, diciéndonos a nosotros mismos que somos “demasiado exigentes”?
¿Estamos renuentes, por una serie de razones, especialmente el miedo, a atacar los asuntos en nuestras relaciones que puedan estarnos lastimando? ¿Sabemos lo que nos está lastimando y sabemos que tenemos el derecho de detener nuestro dolor si queremos hacerlo?
Podemos comenzar la jornada de la privación al merecimiento. Podemos empezar hoy. También podemos ser pacientes y gentiles con nosotros mismos, a medida que viajamos, cuando cada vez vamos sintiendo menos que nos merecemos lo segundo mejor, y vamos sabiendo en nuestro corazón que nos merecemos lo mejor, y asumimos la responsabilidad de ello.


“Hoy prestaré atención a cómo permito que me trate la gente y cómo me siento acerca de ello. También me fijaré en cómo trato a los demás. No reaccionaré excesivamente tomándome sus asuntos en forma demasiado personal o demasiado en serio; no reaccionaré de menos negando que ciertas conductas son inapropiadas e inaceptables para mí”.

martes, 15 de julio de 2014

CODEPENDIENTES. EL LENGUAJE DEL ADIÓS. 15 DE JULIO. BOTONES FAMILIARES

Tenía treinta y cinco años la primera vez que le contesté a mi madre y me rehusé a caer en sus juegos y en su manipulación. Estaba terriblemente asustada y casi no podía creer que yo estuviera haciendo esto. Encontré que no tenía que ser malvada. No tenía que empezar una discusión, pero podía decir lo que quería y necesitaba decir para cuidar de mí misma. Aprendí que podía amarme y honrarme a mí misma, y seguir preocupándome de mi madre -en la forma como yo quería- no en la forma como ella quería que lo hiciera. (Anónimo).

¿Quién sabe mejor cómo presionar nuestros botones que los miembros de la familia? ¿A quién, aparte de los familiares, le damos tal poder?
No importa por cuanto tiempo hayan estado en recuperación nuestros familiares, las relaciones con miembros de la familia pueden ser provocadoras.
Una conversación telefónica nos puede arrojar a un torbellino emocional y psicológico que dure horas o días.
A veces, las cosas se ponen peor cuando empezamos la recuperación porque nos hacemos aún más conscientes de nuestras reacciones y de nuestro malestar. Eso es incómodo, pero bueno. Al comenzar este proceso de concienciación y de aceptación cambiamos, crecemos y nos curamos.
Este proceso de desapegarnos con amor de nuestros familiares puede llevar años. Lo mismo el proceso de aprender a reaccionar de una manera más efectiva. No podemos controlar lo que hacen o tratan de hacer ellos, pero nosotros podemos ganar cierto sentido de control acerca de cómo elegimos reaccionar.
Dejar de tratar de hacerlos actuar o tratarnos diferente.
Desengancharnos de su sistema rehusándonos a tratar de cambiarlos o de influir sobre ellos.
Sus patrones, especialmente sus patrones con nosotros, son asuntos suyo. Cómo reaccionemos, o cómo permitamos que estos patrones influyan sobre nosotros, es asunto nuestro. Cómo cuidemos de nosotros mismos es asunto nuestro.
Podemos amar a nuestra familia y aún así, rehusarnos a meternos en sus asuntos. Podemos amar a nuestra familia pero rechazar sus esfuerzos por manipularnos, controlarnos o producir en nosotros sentimientos de culpa.
Podemos cuidar de nosotros mismos con nuestros familiares sin sentirnos culpables. Podemos aprender a ser asertivos con miembros de la familia sin ser agresivos. Podemos fijar los límites que necesitemos y queremos establecer con nuestros familiares sin ser desleales a la familia.
Podemos aprender a amar a nuestra familia sin perder el amor y el respeto hacia nosotros mismos.


Hoy, ayúdame a empezar a practicar el cuidado de mí mismo con mis familiares. Ayúdame a saber que no tengo por qué permitir que sus asuntos controlen mi vida, mi día o mis sentimientos. Ayúdame a saber que está bien que tenga determinados sentimientos hacia los miembros de la familia, sin culpa o vergüenza”.

lunes, 14 de julio de 2014

CODEPENDIENTES. EL LENGUAJE DEL ADIÓS. 14 DE JULIO. SOMOS AMOROSOS

Aunque la persona más importante en tu mundo te rechace, sigues siendo real, y sigues estando bien. (Ya no seas codependiente).

Alguna vez te descubriste pensando: ¿Cómo es posible que alguien me ame? Para muchos de nosotros, ésta es una creencia profundamente imbuida que se puede convertir en una profecía que nosotros mismos hemos provocado.
Pensar que no somos dignos de ser amados puede sabotear nuestras relaciones con compañeros de trabajo, con amigos, familiares y otros seres amados. Esta creencia nos puede llevar a elegir o a permanecer en relaciones que son menos de lo que merecemos porque no creemos merecer lo mejor. Podemos volvernos desesperados y aferrarnos como si una persona en particular fuera nuestra última oportunidad de amar. Podemos ponernos a la defensiva y alejar a la gente. Podemos asilarnos o reaccionar en exceso constantemente.
Mientras crecíamos, muchos de nosotros no recibimos el amor incondicional que merecíamos. Muchos de nosotros fuimos abandonados o descuidados por gente importante en nuestra vida. Podremos haber llegado a la conclusión de que la razón por la cual no éramos amados era porque no éramos dignos de amor. Culparnos a nosotros mismos es una reacción comprensible, pero inadecuada. Si los demás no nos pudieron amar, o amarnos de maneras que funcionaran, no es culpa nuestra. En la recuperación estamos aprendiendo a separarnos de la conducta de los demás. Y estamos aprendiendo a asumir la responsabilidad de nuestra curación, a pesar de la gente que nos rodee.
Al igual que podremos haber creído que no eramos dignos de amor, podemos volvernos diestros en la practica de la creencia de que somos dignos de ser amados. Esta nueva creencia mejorara la calidad de nuestras relaciones.
Mejorara nuestra relación mas importante: la relación con nuestro yo. Seremos capaces de dejar que
los otros nos amen y de abrirnos al amor y a la amistad que merecemos.


“Hoy, Dios mio, ayúdame a estar consciente de cualquier creencia autoderrotista que tenga acerca de no ser digno de amor y a liberarme de ella. Ayúdame a comenzar, hoy, a decirme a mi mismo que soy digno de ser amado. Ayúdame a practicar esta creencia hasta que la tenga metida hasta la médula y se manifieste en mis relaciones”.

domingo, 13 de julio de 2014

CODEPENDIENTES. EL LENGUAJE DEL ADIÓS. 13 DE JULIO. DIOS TAL COMO NOSOTROS LO CONCEBIMOS

Dios es sutil, pero no es malicioso. (Albert Einstein).

La recuperación es un proceso intensamente espiritual que nos pide que crezcamos en nuestra comprensión de Dios. Nuestra comprensión puede haber sido moldeada por experiencias religiosas tempranas o por las creencias de los que nos rodean. Podemos preguntarnos si Dios es tan avergonzante y tan atemorizante como lo puede ser la gente.
Podemos sentirnos tan victimados o tan abandonados por Dios como nos hemos sentido por la gente de nuestro pasado.
Tratar de entender a Dios es algo que puede hacer vacilar a nuestra mente a causa de lo que hemos aprendido y experimentado hasta ahora en nuestra vida.
Podemos aprender a confiar en Dios, de todos modos.
Yo he crecido y he cambiado en mi comprensión de este Poder que es superior a mí misma. Mi comprensión no ha crecido a un nivel intelectual, sino por lo que he experimentado desde que puse mi vida y mi voluntad al cuidado de Dios, tal como yo concebía, o más bien no concebía, a Dios.
Dios es real. Amoroso. Bueno. Solicito. Dios quiere darnos todo el bien que podamos manejar. Cuanto más volvemos nuestra mente y corazón hacia una comprensión positiva de Dios, más nos valida Dios.
Cuanto más damos gracias a Dios por quién es Dios, por quiénes somos nosotros y por la naturaleza exacta de nuestras circunstancias actuales, más actúa Dios en nuestro beneficio. De hecho todo el tiempo Dios ha planeado actuar en nuestro beneficio.
Dios es Creador, Benefactor y Fuente. Dios me ha enseñado, más allá de cualquier otra cosa, que la forma como llegue a entenderlo no es ni de cerca tan importante como el saber que Él me entiende a mí.


“Hoy estaré abierto a que crezca mi comprensión de mi Poder Superior. Estaré abierto a dejar ir las viejas limitaciones, negativas creencias acerca de Dios. No importa cómo entienda yo a Dios, estaré agradecido de que Él me entienda a mí”.

I AM IN RECOVERY. 12 STEP

Un método para dejar la adicción que ha demostrado su eficacia en todos los países del mundo y con los mas diversos tipos de adicciones, ...