domingo, 31 de agosto de 2014

CODEPENDENCIA. EL LENGUAJE DEL ADIÓS. 31 DE AGOSTO. NEGACIÓN


Yo he estado en recuperación muchos años. He utilizado la negación muchas veces. Ha sido una defensa, una herramienta para sobrevivir, una conducta para hacer frente y, a veces, casi mi ruina. Ha sido una amiga y una enemiga.
Cuando era niña, usaba la negación para protegerme y para proteger a mi familia. Me protegía a mi misma de ver las cosas que eran demasiado dolorosas de ver y de sentimientos que eran demasiado abrumadores para sentir. La negación me hizo atravesar segura muchas situaciones traumáticas cuando no tenia ningún otro recurso para sobrevivir.
La desventaja de aplicar la negación fue que perdí el contacto conmigo misma y con mis sentimientos. Me volví capaz de participar en situaciones perjudiciales sin saber siquiera que estaba sintiendo dolor por dentro.
Fui capaz de tolerar una gran cantidad de dolor y de abuso sin tener ni la mas nebulosa noción de que esto era anormal.
Aprendí a participar en mi propio abuso.
La negación me protegía del dolor, pero también me hizo ciega a mis sentimientos, a mis necesidades y a mí misma. Era como una gruesa manta que me cubría y me sofocaba.
De pronto, me empecé a recuperar. Tuve un atisbo de conciencia acerca de mi dolor, de mis sentimientos, de mis conductas. Empecé a verme a mí misma y al mundo, como éramos. Había tal cantidad de negación acerca de mi pasado que si me hubieran rasgado totalmente la manta, hubiera muerto del shock que me hubiera provocado quedarme a la intemperie. Necesité ir admitiendo gradualmente y suavemente los conocimientos que fui adquiriendo acerca de mí misma, los recuerdos, la toma de conciencia y la curación.
La vida participó conmigo en este proceso. Es una gentil maestra. A medida que me iba recuperando, trajo hacia mí los incidentes y la gente que necesitaba para poder recordarme lo que aún estaba negando, para decirme adónde necesitaba curarme más de mi pasado, a medida que iba pudiendo manejar este conocimiento acerca de mí
misma.
Todavía uso la negación, y me abro paso con ella, según lo necesite. Cuando soplan los vientos del cambio, trastornando la estructura familiar y preparándome para lo nuevo, cojo mi manta y me escondo, durante un rato. A veces, cuando alguien a quien amo tiene un problema, me escondo debajo de la manta momentáneamente. Surgen
recuerdos de cosas que negué, recuerdos que necesitan ser recordados, sentidos y aceptados para que podamos seguir siendo curados, fuertes y sanos.
A veces, me siento avergonzada por lo mucho que tardo en mi batalla para llegar a aceptar la realidad. Me siento abochornada cuando me encuentro de nuevo envuelta en la niebla de la negación.
Luego algo sucede, y veo que estoy yendo hacia delante. La experiencia era necesaria, tenía relación con algo, para nada era un error, sino una parte importante de la curación.
Esta jornada llamado recuperación es un proceso emocionante, pero comprendo que algunas veces puedo usar la negación para ayudarme a superar cuestiones difíciles. También estoy consciente de que la negación es una amiga y una enemiga. Estoy alerta a las señales de peligro: esos sentimientos nebulosos, confusos… esa energía perezosa…. el sentirse compulsivo… correr demasiado duro o demasiado aprisa…. evitar los mecanismos de apoyo.
He ganado un sano respeto por nuestra necesidad de usar la negación como cobija para envolvernos cuando hace demasiado frío. No es mi labor andar por ahí desgarrando las cobijas de la gente o avergonzando a los demás por usar la cobija. El avergonzarlos les da más frío, los hace envolverse más apretadamente en la manta.
Arrancarles la manta es peligroso. Podrían morir por quedar a la intemperie, igual que puede haber muerto yo.
He aprendido que lo mejor que puedo hacer con la gente que está envuelta en esta cobija es hacerla sentirse tibia y segura. Cuanto más tibia y segura se sienta, más capaz será de tirar su cobija. No tengo que apoyar o alentar su negación. Puedo ser directa. Si los demás están en negación acerca de una cosa en particular, y su actividad es perjudicial para mí, no tengo por qué estar cerca de ellos. Puedo desearles lo mejor y cuidar de mí misma. Porque si me quedo demasiado tiempo cerca de alguien que me está haciendo daño, inevitablemente volveré a coger mi manta.
He ganado respeto por crear ambientes cálidos, donde no se necesiten las cobijas, o al menos no se necesiten por tanto tiempo. He ganado confianza en la forma como la gente se cura y lidia con la vida.


“Dios, ayúdame a estar abierta y a confiar en el proceso que me está curando de todo lo que he negado acerca de mi pasado. Ayúdame a esforzarme por tener conciencia y lograr la aceptación, pero también ayúdame a practicar la amabilidad y la compasión hacia mí mismo -y hacia los demás- en aquellas ocasiones en que haya usado la negación”.

sábado, 30 de agosto de 2014

CODEPENDIENTES. EL LENGUAJE DEL ADIÓS, 30 DE AGOSTO. ACEPTEMOS NUESTRO MEJOR ESFUERZO

No tenemos que hacer las cosas mejor de lo que podemos, nunca. Haz las cosas lo mejor que puedas por el momento, luego déjalo ir.
Si necesitamos volverlas a hacer, podremos hacerlas lo mejor posible en otro momento, después.
No podríamos hacer más ni mejor las cosas de lo que somos capaces de hacerlas en este momento. Nos castigamos a nosotros mismos y nos volvemos locos esperando más de lo que razonablemente podemos hacer mejor por ahora.
Esforzarse por la excelencia es una cualidad positiva.
Esforzarse por la perfección es autoderrotista.
¿Quién nos dijo que esperaba que hiciéramos y diéramos más? ¿Quién nos privó siempre de su aprobación?
Llega un momento en que sentimos que hemos hecho las cosas lo mejor posible. Cuando llegue ese momento, déjalo ir.
Hay días en que pensamos que hemos hecho las cosas mejor que nunca y el resultado puede ser inferior a lo que esperábamos. Deja ir esos momentos también. Vuelve a empezar mañana. Trabajemos hasta que se vuelva mejor lo mejor que podemos hacer las cosas.
Hay momentos para la crítica constructiva, pero si eso es lo único que nos damos a nosotros mismos, nos daremos por vencidos. Concedernos autoridad y hacernos cumplidos a nosotros mismos no nos hará flojos. Nos nutrirá y nos hará capaces de dar, de hacer y de ser lo mejor.


“Hoy haré las cosas lo mejor que pueda. Dios mío, ayúdame a dejar de criticarme a mí mismo para que pueda apreciar lo lejos que he llegado”.

viernes, 29 de agosto de 2014

CODEPENDENCIA. EL LENGUAJE DEL ADIÓS. 29 DE AGOSTO. ADUEÑÉMONOS DE NUESTRA ENERGÍA

Aprende a guardar tu energía en el interior. Women, Sex and Addiction (Mujeres, sexos y adicción) de Charlotte Davis Kasi.

Por muchas razones podemos haber dominado el arte de regalar nuestra energía. Podemos haberlo aprendido cuando eramos chicos porque, los sentimientos que teníamos eran demasiado abrumadores para sentirlos, y no sabíamos cómo procesarlos.
Gran parte de nuestra obsesión, de nuestra intensa atención en los demás, se hace para facilitar esta experiencia “fuera del cuerpo” que llamamos codependencia.
Nos obsesionamos, balbuceamos, nos ponemos ansiosos. Tratamos de controlar a los demás, de cuidarlos como nanas y de hacer alharacas cerca de ellos. Nuestra energía se desparrama sobre quien sea.
Nuestra energía es nuestra energía. Nuestros sentimientos, pensamientos, asuntos, amor, sexualidad; nuestra energía física, espiritual, sexual, creativa y emocional es nuestra.
Podemos aprender a tener límites sanos – parámetros sanos- acerca de nosotros y de nuestra energía. Podemos aprender a guardar energía en nuestro interior y a manejar nuestros asuntos.
Si estamos tratando de escapar de nuestro cuerpo, si nuestra energía se está derramando fuera de nosotros en forma enfermiza, podemos preguntarnos qué está pasando, qué nos está lastimando, qué estamos evitando, qué necesitamos afrontar, con qué necesitamos lidiar.
Luego, podemos hacerlo. Podemos volver a casa a vivir dentro de nosotros mismos.


“Hoy guardaré mi energía dentro de mi cuerpo. Me mantendré centrado y dentro de mis límites. Dios mío, ayúdame a dejar ir mi necesidad de escapar de mí mismo. Ayúdame a enfrentar mis asuntos para que me sienta a gusto viviendo dentro de mi cuerpo”.

jueves, 28 de agosto de 2014

CODEPENDIENTES. EL LENGUAJE DEL ADIÓS. 28 DE AGOSTO. CUIDEMOS DE NOSOTROS MISMOS EN EL TRABAJO

Esta bien cuidar de nosotros mismos en el trabajo: No nada mas esta bien, es necesario.
Cuidar de nosotros mismos en el trabajo significa que lidiemos adecuadamente con los sentimientos; que asumamos la responsabilidad que tenemos hacia nosotros mismos. Nos desapegamos cuando sea necesario el desapego. Fijamos limites cuando necesitamos hacerlo.
Negociamos conflictos; tratamos de separar nuestros asuntos de loa asuntos de otras personas y no esperamos la perfección de nosotros mismos ni de los demás.
Dejamos ir nuestra necesidad de controlar. En vez de ello, nos esforzamos por la paz y la gobernabilidad, por adueñarnos de nuestro poder para ser lo que somos y para cuidar de nosotros mismos.
No toleramos el abuso, ni abusamos ni maltratamos a nadie más. Trabajamos por dejar ir nuestro miedo y por desarrollar una confianza adecuada. Tratamos de aprender de nuestros errores, pero nos perdonamos a nosotros mismos cuando los cometemos.
Tratamos de no colocarnos en empleos que no era posible que funcionaran, o en empleos que no son adecuados para nosotros. Si nos encontramos en una de esas circunstancias, enfrentamos responsablemente el asunto.
Averiguamos cuales son nuestras responsabilidades y generalmente nos ceñimos a ellas, a menos que se llegue a otro acuerdo. Dejamos espacio para los grandes días y para aquéllos no tan grandes.
Somos gentiles y amorosos con la gente siempre que sea posible, pero somos asertivos y firmes cuando eso es lo que se necesita. Aceptamos nuestros puntos fuertes y los acrecentamos. Aceptamos nuestras debilidades y limitaciones, incluyendo las limitaciones de nuestro poder.
Nos esforzamos por dejar de tratar de controlar y de cambiar lo que no es asunto nuestro cambiar. Nos concentramos en lo que es nuestra responsabilidad y en lo que podemos cambiar.
Fijamos metas razonables. Nos tomamos en cuenta a nosotros mismos. Luchamos por lograr el equilibrio.
A veces nos permitimos una buena sesión de congoja para echar todo para afuera, pero lo hacemos apropiadamente, de forma que nos cuidemos a nosotros mismos y liberemos nuestros sentimientos, no para sabotearnos. Nos esforzamos por evitar los chismes maliciosos y otras conductas contraproducentes.
Evitamos la competencia, luchando por la cooperación y por un espíritu amoroso. Entendemos que nos pueden caer bien algunas personas que trabajen con nosotros y caernos mal otras, pero nos esforzamos por encontrar armonía y equilibrio con todo el mundo. No negamos lo que sentimos hacia cierta persona, pero nos esforzamos por mantener buenas relaciones de trabajo siempre que sea posible.
Cuando no sabemos, decimos no sabemos. Cuando necesitamos ayuda, la pedimos directamente. Cuando el pánico se apodera de nosotros, lo tratamos como un asunto separado y tratamos de no permitir que nuestro trabajo y nuestra conducta sean controlados por el pánico.
Nos esforzamos por cuidar responsablemente de nosotros mismos pidiendo de forma adecuada lo que necesitemos en el trabajo, y al mismo tiempo, sin descuidarnos a nosotros mismos.
Si somos parte de un equipo, luchamos por hacer un trabajo de equipo sano como una oportunidad para aprender cómo trabajar en cooperación con los demás.
Si algo se vuelve loco o se siente loco, si nos encontramos trabajando con una persona adicta o que tiene algún tipo de disfunción que sea problemática, no nos volvemos más locos negando el problema. Lo aceptamos y en paz tratamos de averiguar lo que necesitamos hacer para cuidar de nosotros mismos.
Dejamos ir nuestra necesidad de ser mártires o rescatadores en el trabajo. Sabemos que no tenemos que permanecer en situaciones que nos hagan infelices. En vez de sabotear un sistema o a nosotros mismos, planeamos una solución positiva, comprendiendo que necesitamos hacernos responsables de nosotros mismos en el camino.
Nos quitamos de ser víctimas y trabajamos creyendo que merecemos lo mejor. Practicamos la aceptación, la gratitud y la fe.
Por un solo día a la vez, nos esforzamos por disfrutar lo que es bueno, por resolver los problemas que nos toca resolver, y en el trabajo damos el regalo que somos nosotros mismos.


“Hoy pondré atención a las conductas de recuperación que podría practicar para mejorar mi vida laboral. Cuidaré de mí mismo en el trabajo. Dios mio, ayúdame a dejar ir mi necesidad de ser victimado por el trabajo. Ayúdame a estar abierto a todo lo bueno de lo que dispongo a través de mi trabajo”.

miércoles, 27 de agosto de 2014

CODEPENDIENTES. EL LENGUAJE DEL ADIÓS. 27 DE AGOSTO. NEGLIGENCIA

La negligencia –no actuar en el momento oportuno- es una conducta autoderrotista. Produce ansiedad, culpa,
desarmonía y que tengamos una machacona conciencia de la tarea que la vida nos está diciendo que es tiempo de hacer.
No siempre estamos siendo morosos cuando dejamos algo para después. A veces, hacer algo antes del momento preciso puede ser tan contraproducente como esperar demasiado. Podemos aprender a discernir la diferencia. Escúchate a ti mismo. Escucha al universo. ¿A qué se le ha pasado ya el tiempo de que lo hicieras y te está creando ansiedad y te está aguijoneando por dentro?
¿Hay algo en tu vida que estés evitando porque no quieres enfrentarlo? ¿Se está haciendo cada vez más grande la ansiedad por estarlo posponiendo?
A veces, la ira, el miedo o el sentirse impotente puede motivar la negligencia. A veces, la negligencia simplemente se ha convertido en algo habitual.
Confía en ti mismo y escúchate a ti, a tu Poder Superior y al Universo. Vigila los signos y señales. Si es tiempo de hacer algo, hazlo ahora. Si aún no es tiempo, espera hasta que sea el momento oportuno.


“Dios mío ayúdame a estar a tiempo y en armonía con mi vida. Ayúdame a sintonizarme al Divino Orden y a la Divina Regulación del Tiempo y a confiar en ellos”.

martes, 26 de agosto de 2014

CODEPENDENCIA. EL LENGUAJE DEL ADIÓS. 26 DE AGOSTO. REPAREMOS DAÑOS

Reparamos directamente a cuantos nos fue posible el daño causado, excepto cuando el hacerlo implicaba perjuicio para ellos o para otros. (Paso Nueve de Al-Anón).

Cuando reparemos daños, necesitamos ser claros acerca de la causa por la que estamos ofreciendo disculpas y de la mejor manera de decir que lo sentimos. Lo que realmente estamos haciendo con nuestra reparación es asumir la responsabilidad de nuestra conducta. Necesitamos estar seguros de que el proceso mismo no sea contraproducente o doloroso.
A veces necesitamos disculparnos directamente por una cosa que hemos hecho en particular o por la parte que nos corresponde en un problema.
Otras, en vez de decir “lo siento”, lo que necesitamos hacer es trabajar por cambiar nuestra conducta hacia la persona.
Hay veces en que sacar a relucir lo que hemos hecho y ofrecer disculpas por ello empeoraría las cosas.
Tenemos que confiar en el momento adecuado, en la intuición, y en la guía en este proceso de la reparación de daños. Una vez que estemos dispuestos, podemos dejarlos ir y proseguir con nuestra reparación en forma pacífica, consistente, armoniosa. Si nada nos parece bien o apropiado, si sentimos que lo que estamos a punto de hacer provocaría una crisis o causaría estragos, necesitamos confiar en ese sentimiento.
Aquí cuentan la honestidad, el ser abiertos y el estar dispuestos. En paz y armonía podemos esforzarnos por poner en claro nuestras relaciones.
Merecemos estar en paz con nosotros mismos y con los demás.


“Hoy estaré abierto a reparar cualquier daño que necesite reparar con la gente. Esperaré la Guía Divina en el proceso de hacer cualquier reparación que no tenga bien clara. Actuaré cuando se me guíe a hacerlo. Dios mío, ayúdame a dejar ir mi miedo de enfrentar a la gente y asumir la responsabilidad de mi conducta. Ayúdame a saber que no estoy menoscabando mi autoestima al hacer esto; la estoy mejorando”.

lunes, 25 de agosto de 2014

CODEPENDENCIA. EL LENGUAJE DEL ADIÓS. 25 DE AGOSTO. ESTEMOS DISPUESTOS A REPARAR LOS DAÑOS

El Paso Ocho está hablando de un cambio de corazón, de un cambio curativo.
Esta actitud puede ser el principio de una gran cadena de recuperación y de curación en nuestras relaciones con los demás y con nosotros mismos. Significa que estamos dispuestos a dejar ir nuestra dureza de corazón, uno de los más grandes obstáculos para nuestra capacidad de dar y recibir amor.
En el Paso Ocho hacemos una lista de toda la gente que hemos dañado, y nos permitimos a nosotros mismos experimentar una actitud curativa hacia ellos. Es una actitud de amor.
En este Paso, no nos arrojamos con locura y empezamos a gritar: “¡Lo siento!”. Hacemos nuestra lista, no para sentirnos culpables, sino para facilitar la curación. Antes de que realmente reparemos daños o empecemos a considerar la manera apropiada de repararlos, nos permitimos a nosotros mismos cambiar nuestra actitud. Ahí es donde comienza la curación, en nuestro interior.
Esto puede cambiar la energía. Puede cambiar la dinámica. Puede hacer comenzar el proceso, antes de que abramos la boca y digamos lo siento. Abre la puerta del amor. Abre la puerta a la energía del amor y de la curación. Nos capacita para llenarnos de sentimientos y energía positivos.
Esa energía se puede sentir alrededor del mundo, y comienza dentro de nosotros.
¿Con cuánta frecuencia, después de haber sido lastimados, deseábamos que la persona simplemente reconociera nuestro dolor y dijera, “lo siento”? ¿ Cuán tan a menudo hemos deseado que la persona simplemente nos viera, nos escuchara y volviera hacia nosotros la energía del amor? ¿Cuán frecuentemente hemos anhelado por lo menos un cambio de corazón, una pequeña dosis de reconciliación, en las relaciones manchadas por asuntos inconclusos y malos sentimientos? Muy a menudo.
Los otros también lo desean. Eso no es ningún secreto. La energía de la curación comienza con nosotros. Nuestra disposición para reparar el daño puede beneficiar o no a la otra persona; el o ella pueden estar o no dispuestos a olvidarse del asunto.
Pero nosotros nos curamos. Nos volvemos capaces de amar.


“Hoy trabajare por lograr un cambio de corazón si estan presentes la dureza del corazón, la defensividad, la culpa o la amargura. Me dispondré a dejar ir esos sentimientos y a reemplazarlos por la energía curativa del amor”.

domingo, 24 de agosto de 2014

CODEPENDIENTES. EL LENGUAJE DEL ADIÓS. 24 DE AGOSTO. PASO OCHO

Hicimos una lista de todas aquellas personas a quienes habíamos ofendido y estuvimos dispuestos a reparar el daño que le causamos. (Paso Ocho de Al-Anom).

El Paso Ocho no es para castigarnos; es para liberarnos de la culpa, de la ansiedad y de la discordia.
Empezamos haciendo una lista de todas las personas a quienes hayamos hecho algún daño en nuestro viaje, mientras luchábamos por sobrevivir. Probablemente nos hemos hecho mas daño a nosotros mismos que a cualquier otra persona, de modo que pongámonos en primer lugar en la lista.
A menudo, nuestra tendencia es sentirnos culpables por todo lo que hemos hecho, acerca de todo mundo con quien hemos entrado en contacto. Estos son sentimientos de culpa gratuitos. Escribir nos ayuda a aclarar si nos estamos castigando sin razón o no. Pero necesitamos estar abiertos a la guía a medida que trabajamos este
Paso echándolo todo para afuera y poniéndolo sobre el papel, para que podamos sanar.
Una vez que hemos hecho la lista, nos esforzamos por disponernos a reparar los daños causados a todas las personas que aparezcan en ella porque así es como nos curaremos. Reparar el daño no significa sentirse culpable y avergonzado, y castigarse uno mismo; significa que nos traguemos nuestro orgullo y nuestras defensas, y que hagamos lo que podamos para cuidar de nosotros mismos. Nos preparamos para mejorar nuestra autoestima asumiendo la responsabilidad de nuestras conductas. Nos disponemos a restaurar nuestras relaciones con nosotros mismos, con los demás y con nuestro Poder Superior.


“Hoy me abriré a un entendimiento honesto con la gente que he dañado. Dios mío, ayúdame a dejar ir mis defensas y mi orgullo. Ayúdame a estar dispuesto a reparar los daños que he causado, para que pueda mejorar mis relaciones conmigo mismo y con los demás”.

sábado, 23 de agosto de 2014

CODEPENDIENTES. EL LENGUAJE DEL ADIÓS. 23 DE AGOSTO. EL CUIDADO DE UNO MISMO

¿Cuándo nos volveremos dignos de ser amados? ¿Cuándo nos sentiremos seguros? ¿Cuándo tendremos toda la protección, los mimos y el amor que tanto merecemos? Lo tendremos cuando empecemos a dárnoslo a nosotros mismos. (Más allá de la Codependencia).

La idea de darnos a nosotros mismos lo que queremos y necesitamos puede causar confusión, especialmente si hemos pasado muchos años no sabiendo que está bien que nos cuidemos a nosotros mismos. Quitar
nuestra energía y nuestra concentración de los demás y de sus responsabilidades y poner esa energía sobre nosotros y nuestras responsabilidades es una conducta de recuperación que se puede adquirir. La aprendemos a través de la práctica cotidiana.
Empezamos por relajarnos, respirar profundamente y dejar ir los miedos lo suficiente para sentirnos lo más en paz que podamos. Luego, nos preguntamos a nosotros mismos: ¿qué necesito hacer para cuidar de mí mismo hoy, o en este momento?
¿Qué necesito y qué quiero hacer?
¿Qué demostraría amor y autorresponsabilidad?
¿Estoy atrapado en la creencia de que los otros son responsables de hacerme feliz, de que son responsables de mí? Entonces, lo primero que debo hacer es corregir mi sistema de creencias. Yo soy responsable de mí mismo.
¿Me siento ansioso y preocupado por una responsabilidad que he estado descuidando? Entonces, tal vez necesito dejar ir mis miedos y atender esa responsabilidad.
¿Me siento abrumado, fuera de control? Quizás necesite volver al primero de los Doce Pasos.
¿He estado trabajando demasiado? Tal vez lo que necesite hacer sea darme un descanso y hacer algo divertido.
¿He estado descuidando mi trabajo o mis tareas cotidianas? Entonces, tal vez lo que necesite hacer es volver a mi rutina.
No hay una receta, una fórmula, una guía para el cuidado de uno mismo. Cada uno de nosotros tiene una guía, y esa guía está en nuestro interior. Necesitamos hacernos la pregunta: ¿Qué necesito hacer para cuidar amorosa, responsablemente de mí mismo? Luego, necesitamos escuchar la respuesta. Cuidar de uno mismo no es tan difícil. La parte más desafiante está en confiar en la respuesta, y en tener el valor de actuar conforme a ella una vez que la hemos escuchado.


“Hoy me concentraré en cuidar de mí mismo. Confiaré en mí mismo y en mi Poder Superior para guiarme en este proceso”.

viernes, 22 de agosto de 2014

CODEPENDIENTES. EL LENGUAJE DEL ADIÓS. 22 DE AGOSTO. RESPONSABILIDAD POR LOS MIEMBROS DE LA FAMILIA

Todavía recuerdo a mi madre apretándose el corazón; amenazando con tener un infarto y morir, y echándome la culpa a mi. (Anónimo)

Para algunos de nosotros, la idea de que eramos responsables de los sentimientos de otras personas tuvo su raíz en la niñez y nos fue imbuida por miembros de nuestra familia nuclear. Nos pueden haber dicho que hacíamos desgraciados a nuestra madre o a nuestro padre; llevándonos directamente a la idea de que también eramos responsables de hacerlos felices. La idea de que eramos responsables de la felicidad o infelicidad de nuestros padres pueden infundirnos sentimientos exagerados de poder y de culpa.

No tenemos esta clase de poder con nuestros padres,sobre sus sentimientos o sobre el curso de sus vidas. No tenemos por que permitirles que tengan este tipo de poder sobre nosotros.

Nuestros padres lo hicieron lo mejor que pudieron. Pero aun así nosotros no tenemos por qué aceptar una creencia suya que no sea una creencia sana. Podrán ser nuestros padres, pero no siempre tienen la razón. Podrán ser nuestros padres, pero sus creencias y conductas no siempre son sanas y no son siempre las que más nos convienen.

Somos libres de examinar y de elegir nuestras creencias. Deja ir la culpa. Deja ir los sentimientos excesivos e inadecuados de responsabilidad hacia los padres y otros miembros de la familia. No tenemos por qué permitir que sus creencias destructivas nos controlen a nosotros, a nuestros sentimientos, a nuestros conductas o a nuestra vida.


“Hoy empezaré el proceso de liberarme de cualquier sentimiento autoderrotista que mis padres me puedan haber transmitido. Me esforzaré por tener ideas y límites adecuados en lo que concierne a cuánto poder y cuánta responsabilidad tengo realmente en mi relación con mis padres”.

jueves, 21 de agosto de 2014

CODEPENDENCIA. EL LENGUAJE DEL ADIÓS. 21 DE AGOSTO. DESAPEGUÉMONOS EN LAS RELACIONES

Cuando al principio nos vemos expuestos al concepto del desapego, muchos de nosotros lo encontramos objetable y cuestionable. Podemos pensar que desapegarse significa que a uno no le importan los demás.
Podemos creer que al controlar, al preocuparnos, y al tratar de forzar las cosas a que sucedan, estamos demostrando cuánto nos importan.
Podemos creer que el controlar, el preocuparnos y el forzar las cosas, de alguna manera afectarán el resultado que deseamos.
Controlar, preocuparse y forzar no funcionan. Aunque tuviéramos razón, el controlar no funciona. En algunos casos, puede impedir el resultado que esperamos.
A medida que practicamos el desapego con la gente en nuestra vida, empezamos lentamente a aprender la verdad. Desapegarse, y de preferencia desapegarse con amor, es una conducta en las relaciones que sí funciona.
También aprendemos algo más. El desapego -el dejar ir nuestra necesidad de controlar a la gente- mejora todas nuestras relaciones. Le abre la puerta al mejor resultado posible. Reduce nuestro nivel de frustración y nos libera a nosotros mismos y a los demás para vivir en paz y armonía.
Desapegarse quiere decir que nos importamos nosotros mismos y que nos importan los demás. Nos libera para tomar las mejores decisiones posibles. Nos capacitan para fijar los límites que necesitamos establecer con la gente. Nos permite tener nuestros sentimientos, dejar de reaccionar e iniciar un posible curso de acción. Alienta a los demás a hacer lo mismo.
Le permite a nuestro Poder Superior entrar en escena y obrar.


“Hoy confiaré en el proceso de desapegarme con amor. Entenderé que no solo estoy dejando ir; estoy dejando ir las cosas y dejando actuar a Dios. Estoy amando a los demás, pero también me estoy amando a mí mismo”.

miércoles, 20 de agosto de 2014

CODEPENDENCIA. EL LENGUAJE DEL ADIÓS. 20 DE AGOSTO. HONESTIDAD EN LAS RELACIONES

Podemos ser honestos y directos acerca de nuestros límites en las relaciones y acerca de los parámetros de una relación en particular.
Quizá ninguna otra área de nuestra vida refleje nuestra calidad de únicos y nuestra individualidad en la recuperación más que nuestras relaciones. Algunos de nosotros tenemos una relación de compromiso.
Algunos de nosotros salimos con alguien. Algunos de nosotros no salimos con nadie. Algunos de nosotros estamos viviendo con alguien. Algunos de nosotros quisiéramos salir con alguien. Algunos de nosotros quisiéramos tener una relación de compromiso. Algunos de nosotros nos embarcamos en relaciones nuevas después de la recuperación. Algunos de nosotros permanecemos dentro de la relación que teníamos antes de comenzar la recuperación.
También tenemos otras relaciones. Tenemos amigos. Relaciones con los hijos, con los padres, con el resto de la familia. Tenemos relaciones profesionales, relaciones con gente en el trabajo.
Necesitamos ser capaces de ser honestos y directos en nuestras relaciones. En un área en la que podemos ser honestos y directos es en los parámetros de nuestras relaciones. Podemos definir nuestras relaciones con la gente, una idea que escribieron Charlotte Kasl y otros, y podemos pedirle que sea honesta y directa al definir su punto de vista acerca de su relación con nosotros.
Causa confusión estar dentro de una relación y no saber dónde estamos parados, ya sea en el trabajo, en una amistad, con miembros de la familia, o en una relación amorosa. Tenemos derecho a ser directos acerca de cómo definimos la relación, qué es lo que queremos que sea. Pero las relaciones igualan a dos personas que tienen iguales derechos. La otra persona necesita ser capaz de definir la relación también. Tenemos derecho a saber y a preguntar. Lo mismo ellos.
La honestidad es la mejor política.
Podemos fijar límites. Si alguien quiere una relación más intensa que nosotros, podemos ser claros y honestos acerca de lo que queremos nosotros, acerca del nivel de participación que nos proponemos tener. Podemos decirle a la persona lo que puede esperar razonablemente por parte nuestra, porque eso es lo que queremos dar.
La forma como la persona lo maneje es asunto suyo. Si se lo decimos o no es asunto nuestro.
Podemos establecer límites y definir las amistades cuando éstas provoquen confusión.
Podemos incluso definir las relaciones con los niños, si esas relaciones se han vuelto pegajosas y exceden a nuestros parámetros. Necesitamos definir las relaciones amorosas y lo que éstas significan para cada perdona. Tenemos derecho a hacer preguntas y a recibir respuestas claras. Tenemos derecho a hacer nuestras propias definiciones y a tener nuestras propias expectativas. Y lo mismos la otra persona.
Ser honestos y directos es la única política. A veces no sabemos que queremos en una relación. A veces, la otra persona no lo sabe. Pero entre mas pronto podamos definir una relación, con la ayuda de la otra persona, mas pronto podemos decidir el curso adecuado de conducta para nosotros mismos.
Entre mas claro nos volvamos al definir nuestras relaciones, mas podremos cuidar de nosotros mismos en esa relación. Tenemos derecho a nuestros limites, deseos y necesidades. Lo mismo la otra persona. No podemos obligar a nadie a estar dentro de una relación ni a participar al nivel que nosotros deseamos si el o ella no quieren. Todos tenemos derecho a que no se nos obligue.
La información es una herramienta poderosa, y tener la información acerca de lo que es una relación particular -los límites y definiciones de la misma- nos dará la fuerza para cuidar de nosotros respecto de ella.
Las relaciones llevan un tiempo para formarse, pero en algún punto podemos razonablemente esperar una definición clara de lo que es la relación y cuáles son sus límites. Si chocan las definiciones, somos libres de tomar una nueva decisión basándonos en la información adecuada acerca de lo que necesitamos hacer para cuidar de nosotros mismos.


“Hoy me esforzaré por ser claro y directo en mis relaciones. Si ahora tengo algunas relaciones lóbregas y poco definidas, y si les he dado el tiempo adecuado para formarse, empezaré a tomar acción para definir esa relación. Dios mío, ayúdame a dejar ir mis miedos acerca de definir y comprender la naturaleza de mis relaciones actuales. Guíame a la claridad, a pensar clara, sanamente. Ayúdame a saber que lo que quiero está bien. Ayúdame a saber que si no puedo conseguir eso de la otra persona, lo que quiero sigue estando bien, pero no es posible en el momento presente. Ayúdame a aprender a no renunciar a lo que quiero y necesito, sino dame la fuerza para hacer elecciones apropiadas, sanas, acerca de dónde conseguirlo”.

martes, 19 de agosto de 2014

CODEPENDENCIA. EL LENGUAJE DEL ADIÓS. 19 DE AGOSTO. DEJA IR LA VERGUENZA

La vergüenza es ese sentimiento oscuro, poderoso, que nos detiene. Si, la vergüenza puede impedir que actuemos impropiamente. Pero muchos de nosotros hemos aprendido a unir la vergüenza con las conductas sanas que son las que mas nos convienen.
En las familias disfuncionales se puede asociar la vergüenza a conductas sanas, tales como hablar acerca de los sentimientos, tomar alternativas, cuidar de nosotros mismos, divertirse, tener éxito, o incluso sentirnos bien con nosotros mismos.
Se puede haber asociado la vergüenza al hecho de pedir lo que queremos y necesitamos, a comunicarnos directa y honestamente, y a dar y recibir amor.
A veces, la vergüenza se disfraza de miedo, indignación, indiferencia, o de una necesidad de correr a escondernos, escribió Stephanie. E. Pero si la sentimos oscura y nos hace sentirnos mal acerca de quiénes somos, probablemente sea vergüenza.
En la recuperación estamos, aprendiendo a identificar la vergüenza. Cuando podamos reconocerla, podremos empezar a dejarla ir. Podemos amarnos y aceptarnos a nosotros mismos, empezando ahora.
Y tenemos derecho a ser, a estar aquí, a ser lo que somos. Y nunca tenemos por qué dejar a la vergüenza que nos diga otra cosa.


“Hoy atacaré y conquistaré la vergüenza en mi vida”.

lunes, 18 de agosto de 2014

CODEPENDENCIA. EL LENGUAJE DEL ADIÓS. 18 DE AGOSTO. VALORA ESTE MOMENTO

El desapego implica vivir el momento presente, vivir en el aquí y en el ahora. Permitimos que en la vida las cosas se den por sí solas en lugar de forzarlas y tratar de controlarlas. Renunciamos a los remordimientos por el pasado y a los miedos por el futuro. Sacamos el mayor provecho a cada día. (Ya no seas Codependiente).

En este momento estamos justo donde necesitamos estar, justo donde debemos estar.
Cuán frecuentemente desperdiciamos nuestro tiempo y energía deseando que fuéramos alguna otra persona, que estuviéramos haciendo alguna otra cosa, o que estuviéramos en alguna otra parte. Podemos desear que nuestras circunstancias actuales fueran distintas.
Sin necesidad nos confundimos y desviamos nuestra energía al pensar que nuestro momento presente es un error. Pero estamos justamente donde necesitamos estar por ahora.
Nuestros sentimientos, pensamientos,circunstancias, retos, tareas, todo está programado.
Echamos a perder la belleza del momento presente deseando cualquier otra cosa.
Vuelve a casa contigo mismo. Vuelve a casa al momento presente. No cambiaremos las cosas escapando al momento o abandonándolo. Cambiaremos las cosas sometiéndonos al momento y aceptándolo.
Algunos momentos son más fáciles de aceptar que otros. Para confiar en el proceso, para confiar en él en su totalidad, sin permanecer en el pasado ni atisbar demasiado lejos en el futuro, se requiere una gran cantidad de fe. Sométete al momento. Si te estás sintiendo enojado, ponte furioso. Si estas fijando un límite,sumérgete en ello. Si estás en proceso de pena, siente la pena. Métete en ella.
Camina hacia donde te lleve el instinto. Si estás esperando, espera. Si tienes una tarea que hacer, tírate al trabajo. Métete en el momento; el momento es correcto.
Somos quienes somos, y eso está bien.Es justamente donde debemos estar para llegar hacia donde vamos a estar mañana. Y ese lugar será bueno.
Ha sido planeado con amor para nosotros.


“Dios mío, ayúdame a dejar ir mi necesidad de ser alguien más de lo que soy hoy. Ayúdame a sumergirme totalmente en el momento presente”.

domingo, 17 de agosto de 2014

CODEPENDENCIA. EL LENGUAJE DEL ADIÓS. 17 DE AGOSTO. PENSAMIENTOS CURATIVOS

Concibe pensamientos curativos.
Cuando sientas ira o resentimiento, pídele a Dios que te ayude a sentirlos, a aprender de ellos y a liberarte de ellos. Pídele que bendiga a aquellos hacia quienes sientes ira.
Pídele que te bendiga a ti también.
Cunando sientas miedo, pídele que lo aparte de ti. Cuando te sientas desgraciado, obligate a sentir gratitud. Cuando te sientas privado, sabe que hay lo suficiente.
Cuando te sientas avergonzado, tranquilízate diciéndote qué está bien que seas como eres. Eres suficientemente bueno.
Cuando tengas dudas de tu tiempo o de tu posición actual en la vida, asegúrate a ti mismo que todo está bien; que estas justamente donde debes estar. Tranquilízate diciéndote que los demás también lo están.
Cuando ponderes el futuro, dite a ti mismo que éste será bueno. Cuando voltees a ver el pasado, abandona los remordimientos.
Cuando te des cuenta de los problemas, afirma que habrá una solución oportuna y que de ellos saldrá un regalo.
Cuando te resistas a sentimientos o pensamientos, practica la aceptación. Cuando te sientas incómodo, sabe que se te pasará.
Cuando identifiques un deseo o una necesidad, repítete a ti mismo que será satisfecho.
Cuando te preocupes por aquellos que amas, pídele a Dios que los cuide y los proteja. Cuando te preocupes por ti mismo, pídele a El que haga lo mismo.
Cuando pienses en los demás, piensa en el amor. Cuando pienses en ti mismo, piensa en el amor.
Luego mira a tus pensamientos transformar la realidad.


“Hoy pensaré pensamientos curativos”.

sábado, 16 de agosto de 2014

CODEPENDENCIA. EL LENGUAJE DEL ADIÓS. 16 DE AGOSTO. RESCATÉMONOS A NOSOTROS MISMOS

A nadie le gusta un mártir.
¿Cómo nos sentimos cerca de los mártires? Culpables, enojados, atrapados, negativos y ansiosos por escapar.
De alguna manera, muchos de nosotros hemos desarrollado la creencia de que privándonos, no cuidando de nosotros mismos, siendo víctimas y sufriendo sin necesidad conseguiremos lo que deseamos.
Es nuestra labor darnos cuenta de nuestras capacidades, de nuestros puntos fuertes y cuidar de nosotros mismos desarrollándolos y actuando de acuerdo con ellos.
Es nuestra labor percatarnos de nuestro dolor y cansancio y cuidar adecuadamente de nosotros mismos.
Es nuestra labor percatarnos de nuestra privación, también, y empezar a dar pasos para darnos a nosotros mismos abundancia. Esto comienza en nuestro interior, cambiando lo que creemos merecer, renunciando a nuestra privación y tratándonos a nosotros mismos de la manera como merecemos ser tratados.
La vida es dura, pero no tenemos por qué hacerla más difícil descuidándonos a nosotros mismos. No hay gloria en el sufrir, sólo hay sufrimiento. Nuestro dolor no cesará cuando llegue un rescatador, sino cuando asumamos la responsabilidad que tenemos hacia nosotros mismos y detengamos nuestro dolor.


“Hoy yo seré mi propio rescatador. Dejareé de estar esperando a que alguien mas resuelva mis asuntos y solucione mis problemas por mi”.

viernes, 15 de agosto de 2014

CODEPENDENCIA. EL LENGUAJE DEL ADIÓS. 15 DE AGOSTO. DEJA ESPACIO PARA LOS SENTIMIENTOS

Necesitamos darnos espacio a nosotros mismos y dárselo a los demás para trabajar con nuestros sentimientos.
Somos gente, no robots. Una parte importante de nosotros –quiénes somos, cómo crecemos, cómo vivimos- está conectada a nuestro centro emocional. Tenemos sentimientos, a veces difíciles, a veces desgarradores, a veces explosivos, sobre los que necesitamos trabajar.
Al afrontar estos sentimientos y trabajar en ellos crecemos nosotros y los demás. En las relaciones, ya sea en una relación amorosa, en una amistad, en una relación familiar o en una relación de negocios, la gente necesita espacio para experimentar sus sentimientos y trabajar en ellos.
Algunos le llaman ” atravesar el proceso”.
Es irracional esperar de nosotros mismos o de los demás que no necesitamos tiempo y espacio para trabajar sobre nuestros sentimientos. Estaríamos disponiéndonos a nosotros mismos y a nuestras relaciones al fracaso si no nos damos este tiempo y este espacio en nuestra vida.
Necesitamos tiempo para trabajar con los sentimientos. Necesitamos espacio y permiso para trabajar con estos sentimientos de la manera embarazosa, incómoda, a veces desordenada en que la gente trabaja sobre ellos.
Así es la vida. Así es el crecimiento. Así está bien. Podemos darle espacio a los sentimientos. Podemos dejar que la gente tenga tiempo y permiso para trabajar sobre sus sentimientos. No tenemos que mantenernos a nosotros mismos y mantener a los demás bajo una rienda tan tirante. Mientras trabajamos sobre nuestros sentimientos no tenemos que gastar energía innecesaria reaccionando a cada sentimiento que tengamos nosotros mismos o los demás. No tenemos por qué tomar tan en serio nuestros sentimientos, ni los sentimientos de los demás, mientras nosotros o ellos estamos en el proceso de trabajar sobre ellos.
Deja que los sentimientos fluyan y confía adónde te está llevando este flujo.


“Puedo fijar límites razonables para una conducta y, aun así dejar espacio para todo un rango de emociones”.

I AM IN RECOVERY. 12 STEP

Un método para dejar la adicción que ha demostrado su eficacia en todos los países del mundo y con los mas diversos tipos de adicciones, ...