6 de octubre
Cuidemos de nosotros mismos
Es sano, sabio y amoroso ser considerado y
responsable con los sentimientos y necesidades de los demás. Eso es distinto a
cuidarlos como nanas. Cuidar en exceso es una conducta contraproducente y,
ciertamente, una conducta que deteriora relaciones, una conducta que se
revierte y puede hacer que nos sintamos resentidos y victimados porque, en
último término, lo que sentimos, lo que queremos y lo que necesitamos aflorará
a la superficie.
Algunas
personas parecen invitar a que se les cuide excesivamente en lo emocional.
Podemos aprender a rehusar la invitación. Podemos mostrar interés; podemos ser
cariñosos cuando sea posible; pero podemos darle valor también a nuestras
propias necesidades y sentimientos. Parte de la recuperación significa aprender
a prestarle atención, y a darle importancia a lo que sentimos, queremos y
necesitamos, porque empezamos a ver que hay consecuencias claras, predecibles y
por lo general indeseables cuando no lo hacemos.
Se paciente
y gentil contigo mismo mientras aprendes esto. Se comprensivo contigo mismo
cuando resbales a la vieja conducta de cuidar excesivamente a otros en lo
emocional y descuidarte a ti mismo.
Pero detén
el ciclo hoy. No tenemos porque sentirnos responsables de los demás. No tenemos
porque sentirnos culpables por no sentirnos responsables de los demás. Podemos
aprender incluso a sentirnos bien por tomar la responsabilidad de nuestras
necesidades y sentimientos.
“Hoy
evaluaré si he caído en mi vieja conducta de asumir la responsabilidad por los
sentimientos y necesidades de los demás, mientras que descuido los míos. Me
adueñaré de mi poder, de mi derecho y de mi responsabilidad de valorarme a mí
misma”.
No hay comentarios:
Publicar un comentario