La
dependencia sexual puede implicar una variedad amplia de conductas. A veces un
adicto tiene problemas con una sola conducta o varias indeseadas. Un gran
número de adictos al sexo y al amor ha visto que su uso malsano del sexo y
romances les ha resultado un proceso progresivo. Puede que empezara con un
apego a la masturbación, la pornografía impresa o de internet, o con una
relación. Pero al pasar el tiempo, esto va en aumento, ha progresado para
incluir conductas cada vez más peligrosas.
La esencia
de toda dependencia es la experiencia del adicto de la total falta de control
sobre una conducta compulsiva, que le lleva a una vida no manejable, llena de
vacío, aislamiento, soledad, frustración, depresión, angustia, ansiedad,
conmiseración, ira, fantasías u obsesiones sexuales y románticas, pensamientos
de suicidio etc. El adicto no tiene control y siente vergüenza, dolor y odio hacia sí mismo. Puede que el adicto quiera parar, pero repetidas veces no logra
hacerlo. La falta de ser capaz de manejar su propia vida puede evidenciarse en
las consecuencias que sufren los adictos: relaciones perdidas, dificultades y
poco rendimiento en el trabajo, casa, escuela, familia, amigos etc. arrestos,
detenciones, problemas económicos, pérdida de interés en asuntos no sexuales,
falta de amor propio y un sentimiento de desesperación e inutilidad.
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