miércoles, 25 de septiembre de 2013

OCTAVO PASO DE CODEPENDIENTES ANÓNIMOS. CODA.

OCTAVO PASO.
“HICIMOS UNA LISTA DE TODAS LAS PERSONAS A QUIENES HABÍAMOS OFENDIDO Y ESTUVIMOS DISPUESTOS A REPARAR EL DAÑO QUE LES CAUSAMOS”.

El paso ocho es el principio de la reparación de nuestras relaciones, tanto con nosotros mismos como con los demás. Nos va preparando para animarnos a salir de la relativa seguridad de la comunidad CoDA.
Empezaremos a interactuar con los demás de una manera nueva.
Las reparaciones que este paso nos prepara para hacer, no son simplemente para pedir disculpas, como algunos de nosotros pensamos. Mas bien las reparaciones que pide este paso incluyen cambios en nuestro comportamiento.
Estas reparaciones no deberían ser hechas hasta que estemos dispuestos a enfrentar a cada persona que hubiéramos dañado y reconocer nuestro mal comportamiento. Fuimos guiados a trabajar cada paso, POR ESCRITO. Un acercamiento a medias no nos serviría de nada.

HICIMOS UNA LISTA.
Como cada elemento del programa de CoDA esta era una secuencia para que la pudiéramos seguir en forma lógica. En la primera mitad del paso ocho se nos pidió que pusiéramos en la lista a todas y cada una de las personas que habían sido lastimadas por nuestra ingobernabilidad personal. Nuestro nombre fue el primero y la razón era obvia. Nosotros habíamos sido los menos capaces de escapar de nuestra propia codependencia y por lo tanto en muchos casos, nosotros recibíamos las heridas más graves. Un cambio en el comportamiento hacia nosotros mismos debía ser lo primero en venir.
Si habíamos sufrido algún abuso físico, emocional, sexual, o espiritual en nuestra niñez, era especialmente importante para nosotros el hacer nuestra lista con diligencia y claridad. Necesitábamos ver cuidadosamente cada una de nuestras relaciones para descubrir si alguien más había sido hecho PAGAR EL PRECIO por lo que nos habían hecho a nosotros en nuestra infancia. Otra vez encontramos que nuestro nombre, aunque no siendo el único en la lista, aparecía primero. Aunque nada de lo que pudiéramos haber hecho de pequeños pudo ser la causa del abuso que recibimos, lo que era importante aquí, era el descubrir si nos habíamos lastimado a nosotros mismos o habíamos lastimado a otros como una manera de desahogar nuestra ira (rabia), pesar, o dolor por estas injusticias del pasado.

ESTUVIMOS DISPUESTOS A REPARAR LOS DAÑOS – A TODOS ELLOS.
Muchos de nosotros descubrimos que teníamos resistencia hacia este paso. Encontramos razones para dejar nombres fuera de la lista. Alguna infracción que pensamos que era demasiado chica para mencionarla. O una persona no suficientemente importante como para molestarnos por ella. O tal vez pusimos en la lista a alguien a quien no estábamos dispuestos a hacer reparaciones. Tal vez habíamos hecho algo por lo que nunca habíamos sido atrapados. ¿Para qué hacer olas? En algunos casos, la persona puede ser difícil de encontrar, en otros casos, estar muerta.
Finalmente, ninguna de estas razones funcionó. Si un nombre pertenecía a la lista, nosotros razonamos que encontraríamos la manera de estar dispuestos a hacer reparaciones. Y la disposición fue, de nuevo, nuestra llave.
El octavo paso no era el paso en el que enfrentaríamos a aquellos a quienes habíamos lastimado. El propósito del paso ocho era el de fijar nuestra atención en llegar a estar dispuestos a enfrentar a aquellos a los que habíamos atascado. Nos preguntamos qué acciones podíamos tomar para prepararnos para esta nueva tarea.
Encontramos útil el hacernos estas preguntas:¿Qué me podría motivar a hacer reparaciones a aquellos a los que he lastimado? ¿Sería para aclarar mi conciencia o para deshacerme de las viejas culpas? ¿O lo que quiero es reconocer mis malas acciones como un paso para modificar mi comportamiento pasado? ¿Soy capaz de separar lo que hice de lo que me hicieron a mi?
Basados en estas preguntas, muchos de nosotros expresamos dudas acerca de nuestra habilidad para estar verdaderamente dispuestos a hacer reparaciones. Algunos de nosotros necesitamos volver a los pasos seis y siete para descubrir que defecto de carácter teníamos guardado en reserva. Otros habíamos llegado a estar dispuestos como resultado de aceptar verdaderamente nuestras contribuciones a nuestras emproblemadas relaciones.
Este perdón a nosotros mismos sería instrumental en movernos hacia fuera de nuestra codependencia hacia una saludable y completa relación con Dios, con nosotros mismos y con los demás seres humanos.

En este momento, yo veo lo imposible hacerse, no solo posible, sino real. Como yo me perdono a mí mismo por mis errores, así yo soy capaz de perdonar a los demás, abriendo un camino para un cambio verdadero y duradero en mi carácter. Gracias a Dios.

No hay comentarios:

Publicar un comentario

I AM IN RECOVERY. 12 STEP

Un método para dejar la adicción que ha demostrado su eficacia en todos los países del mundo y con los mas diversos tipos de adicciones, ...