A veces,
para ir desde donde estamos hasta donde estamos yendo, tenemos que estar
dispuestos a estar a la mitad.
Una de las
partes más duras de la recuperación es el concepto de dejar ir lo que es viejo
y familiar, pero que no queremos, y estar dispuestos a quedarnos con las manos
vacías mientras esperamos a que Dios las llene.
Esto se
puede aplicar a los sentimientos. Podemos haber estado llenos de ira y de
dolor. En cierta forma, estos sentimientos se han vuelto confortablemente
familiares. Cuando por fin encaramos nuestra pena y nos despojamos de ella,
podemos sentirnos vacíos un tiempo.
Estamos en
medio del dolor y de la alegría de la serenidad y de la aceptación.
Estar en
medio se puede aplicar a las relaciones. Para prepararnos para las nuevas,
primero necesitamos dejar ir las viejas. Esto puede ser atemorizante. Podemos
sentirnos vacíos y perdidos durante un tiempo. Podemos sentirnos completamente
solos, preguntándonos en qué estamos mal por haber dejado ir el proverbial
pájaro en mano, cuando aún no hay nada en el arbusto.
Estar en
medio se puede aplicar a muchas áreas de la vida y de la recuperación. Podemos
estar entre dos empleos, carreras, hogares o metas. Podemos estar entre dos
conductas mientras dejamos ir las viejas y aun no estamos seguros con qué las
remplazaremos. Eso se pude aplicar a conductas que nos han protegido y nos han
servido bien toda nuestra vida, tales como cuidar excesivamente a los demás o
ser controladores.
Podemos
experimentar muchos sentimientos cuando estamos en medio: brotes de pena por lo
que hemos perdido o hemos dejado ir, y sentimientos de ansiedad, miedo y
aprensión acerca de lo que viene.
Estos son
sentimientos normales cuando se está en medio. ¡Acéptalos. Siéntelos.
Libéralos!
Estar en
medio no es divertido, pero es necesario. No durará para siempre. Podemos
sentirnos como si estuviéramos parados, quietos, pero no es así. Estamos
parados en un lugar que ésta en medio. Así
es como
llegamos desde aquí hasta allá. Este estado no es el destino final.
Estamos
yendo hacia delante, aunque ahora estemos en medio.
“Hoy
aceptaré el sitio en donde estoy como el lugar ideal para mí. Si estoy en medio
lucharé por tener la fe en que este lugar no carece de un propósito y de que me
está llevando hacia algo bueno”.
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