NOVENO PASO.
“REPARAMOS
DIRECTAMENTE A LAS PERSONAS QUE OFENDIMOS CUANDO FUE POSIBLE EXCEPTO CUANDO AL
HACERLO PUDIÉRAMOS LASTIMAR A ELLOS MISMOS O A OTRAS PERSONAS”.
Para muchos
de nosotros en Codependientes Anónimos nuestro rol más cómodo había sido de
víctima. Habíamos esperado muchos años a que alguien cualquiera nos hiciera
reparación es a nosotros .
El noveno
paso nos trajo al momento de la verdad, nos pedía que hiciéramos esa acción
particular NOSOTROS.
El como
trabajamos este paso se convirtió en la medida de nuestra recuperación. Las
llaves para nuestro éxito reconvirtió en la medida de nuestra recuperación. Las
llaves para nuestro éxito serían sensibilidad, buen juicio y
valor. Aún así, las palabras “Poder Superior” no eran mencionadas en el noveno
paso, muchos sentimos que éste era el momento para buscar la guía espiritual.
EN DONDE FUE
POSIBLE … HICIMOS REPARACIONES DIRECTAS.
Por ser
nuestro nombre el primero de la lista de reparaciones, cada uno de nosotros
tuvo la oportunidad de practicar esta importante tarea consigo mismo antes de
hacer reparaciones a otras personas.
La pregunta
que nos hicimos ante esto fue ¿Cómo me gustaría a mí que repararan los daños
que sufrí? ¿Cómo un simple “lo siento” sería suficiente? La respuesta fue NO.
Lo que la
mayoría de nosotros queríamos a manera de reparación es que la otra persona
reconociera su parte en habernos dañado. También ¿ queríamos que nuestros
sentimientos y percepción del incidente fuera reconocida. Y si habíamos de
continuar la relación con esa persona, queríamos que en adelante se comportaran
de manera diferente con nosotros.
Si eso es lo
que queríamos de los demás ¿podíamos pedir menos de nosotros mismos?
Y así
llegamos a un método para hacer reparaciones – el reconocer y hacernos
responsables de nuestro comportamiento dañino y reconocer los sentimientos de
la otra persona en el asunto y seguir a ello con un
cambio en
nuestro propio comportamiento.
Estas
reparaciones deberán ser hechas en persona dentro de lo posible, de otro modo,
se nos sugirió ponerlas por escrito.
Si no
fuéramos capaces de encontrar a alguien a quien reparar daños, nos fue
recomendado que permaneciéramos deseosos hasta el tiempo en que esa persona
fuera encontrada. En el caso de deber reparaciones a alguna persona que
ya hubiera muerto, uno de nuestros padres, tal vez, descubrimos que el hacer un
servicio a alguna persona en circunstancias similares, era una buena
alternativa.
EXCEPTO
CUANDO AL HACERLO PUDIÉRAMOS PERJUDICAR A ELLOS MISMOS O A OTROS.
Observamos
esta declaración de diferentes maneras, y nos incluimos a nosotros mismos en la
palabra OTROS.
No podíamos
permitirnos el entrar en esta reparación de daños con las expectativas de
aquellos en quienes recaímos la reparación. Al hacerlo nos podíamos lastimar a
nosotros mismos con la decepción y posiblemente con el resentimiento.
Otro LUJO
que no nos pudimos dar es el miedo a ser recriminados. Si nosotros todavía
dábamos a los demás el poder de lastimarnos con sus reacciones, el resultado
sería seguramente de prejuicio para nosotros.
Algunos de
nosotros vimos que hacer ciertas reparaciones podía resultar en la pérdida de
nuestro trabajo o posiblemente en caer preso.
Nosotros
teníamos familiares u otras personas que dependían de nosotros y que podían
salir lastimados si tomábamos esa acción. O tal vez lo que percibíamos como
consecuencias horribles para nosotros que podrían venir como resultado de hacer
reparaciones directas. En todos estos casos nos fue sugerido discutir esas
reparaciones con nuestro padrino, algún amigo de confianza en CoDA, o con
nuestro consejero espiritual.
Tal vez
nuestras reparaciones crearían “una lata de gusanos” donde nosotros pensamos
que no la había. Con frecuencia este tipo de reparaciones involucraba
promiscuidad, adulterio o abuso sexual. Revelar nuestras malas acciones podría
causar daños graves o vergüenza en otras personas. Otra vez, fuimos dirigidos a discutir
estas dificultades con algún amigo(a) o nuestro padrino. Algunas veces en estos
casos nuestro cambio de comportamiento, seguido de alguna forma de servicio
apropiado fue la mejor reparación posible. Frecuentemente, descubrimos que
nuestros miedos eran exagerados y que una reparación directa era la mejor manera para
todos los interesados de acercarnos a este asunto.
En este
momento, yo confío en mi Poder Superior para que me guíe en hacer reparaciones
honestas y sinceras. En este momento, yo experimento mi gratitud para
Codependientes Anónimos y los doce pasos de recuperación conociendo
que como yo estoy dispuesto a vivir este programa, compartir la hermandad, y
caminar con Dios, yo soy libre.
Habiendo
completado nuestro trabajo en el noveno paso hasta lo mejor de nuestras
posibilidades, nos sentimos preparados para seguir moviéndonos hacia los pasos
finales del programa de CoDA.
No hay comentarios:
Publicar un comentario