domingo, 27 de octubre de 2013

FUMADORES ANÓNIMOS. PRIMER PASO.

PRIMER PASO
 Admitimos que éramos impotentes ante la nicotina y que nuestras vidas se habían vuelto ingobernables.

            El Primer Paso no era un ejercicio intelectual. Era un sentimiento en nuestros huesos, en nuestros corazones y en nuestros estómagos. Era angustiante asumir que éramos adictos a una droga. Por primera vez, estuvimos dispuestos a renunciar a cualquier idea de controlar el uso de la nicotina. Examinamos de manera realista el poder que la nicotina tenía sobre nosotros y vimos que ese control era absoluto.

            Era muy difícil admitir algo acerca de nosotros mismos, mucho más que éramos impotentes ante la nicotina. Fumábamos y nos encantaba fumar por muchas razones, porque nos hacía ver sofisticados, nos hacía sentir bien, reducía el estrés, nos ayudaba a concentrarnos, tenía un efecto tranquilizador, etcétera. Pero por una u otra razón, la nicotina eventualmente dejó de funcionar: temores por la salud personal, sentimientos de odio a sí mismo, culpa, presión de los amigos. La vida como fumador se volvió insoportable. Comenzamos a pensar en dejarlo.

            Desesperadamente, intentamos modificar nuestro consumo de la nicotina no usándola en el trabajo, en la habitación o frente a los niños, sentándonos solamente en una silla particular mientras fumábamos, o sólo cuando estábamos en exteriores. Cambiamos de marcas, usamos boquillas para reducir el alquitrán, fumábamos sólo “cigarros naturales”, fumábamos a ciertas horas del día, con cierta gente, en eventos especiales. Luego comenzamos a consultar a los expertos. Buscamos ayuda de médicos, hipnoterapeutas, psiquiatras, acupunturistas, libros de auto-ayuda e incontables programas para dejar de fumar. Algunas veces fuimos capaces de dejar de fumar, pero no pudimos evitar recaer. Nada funcionaba.

            Profundamente desmoralizados, recurrimos a Fumadores Anónimos como otra posible solución. Para nuestra gran sorpresa, encontramos personas que no estaban usando la nicotina porque habían admitido que no podían dejar de fumar. Ellos aceptaron su falta de control absoluta sobre la nicotina, y nos ofrecieron apoyo invitándonos a unírnosles y hacer lo mismo.
            Había apoyo del grupo; y como sugiere el uso del pronombre “nosotros” a través de los pasos, el proceso de recuperación de la adicción a la nicotina no era, y no es, un viaje que uno realiza solo.

            Nos dimos cuenta que éramos verdaderos adictos y que usábamos la nicotina por la misma razón que los alcohólicos beben, porque no pueden dejar de hacerlo. Si nos dejaran actuar por nuestra cuenta, seguiríamos fumando, destruyendo nuestros cuerpos, suprimiendo nuestros sentimientos y alienando a nuestras familias, amantes y amigos.

            Unirnos a Fumadores Anónimos implicó el reconocimiento de que no podíamos resolver nuestro problema con la nicotina nosotros solos. Después de incontables intentos por controlar nuestro “hábito”, era casi un alivio desistir y buscar ayuda. Aprendimos cómo darle vuelta a la situación, rendirnos y admitir nuestra impotencia. Aceptamos nuestra falta de control total sobre la nicotina.
           
            Nos dimos cuenta que usar la nicotina era más que sólo un mal hábito; más bien, era un síntoma de que nuestras vidas estaban fuera de control e ingobernables. Los aspectos destructivos de nuestra adicción fueron mucho más allá del daño obvio que le hicimos a nuestros cuerpos. Entre más examinábamos el papel que jugaba la nicotina en nuestras vidas, más nos dábamos cuenta cuánto nos controlaba. La nicotina determinaba cuándo tomaríamos descansos, dónde comeríamos, quiénes eran nuestros amigos, amantes y socios, cómo pasábamos nuestro tiempo libre. Nunca fuimos a algún lado o hicimos algo sin revisar primero nuestras provisiones. Sin embargo, nos esforzábamos mucho por esconder nuestra adicción de otros, y de nosotros mismos. Usábamos enjuague bucal, aromatizante para cuartos, máquinas come-humo, por citar unos cuantos. Muchos de nosotros comenzamos a escondernos cuando fumábamos, evitando la presencia de amigos y seres queridos, o fumábamos un cigarro a escondidas en el baño en la oficina. No había forma de escondernos, y cada intento era una mentira. Nuestras vidas eran mentiras. Estaban fuera de control, ingobernables.

            Entender y experimentar ambas partes del Primer Paso, que somos impotentes sobre la nicotina y que nuestras vidas se habían vuelto ingobernables era el inicio. Estábamos listos para dar el Segundo Paso.

No hay comentarios:

Publicar un comentario

I AM IN RECOVERY. 12 STEP

Un método para dejar la adicción que ha demostrado su eficacia en todos los países del mundo y con los mas diversos tipos de adicciones, ...