viernes, 1 de noviembre de 2013

FUMADORES ANÓNIMOS. SEXTO PASO

SEXTO PASO
Estuvimos enteramente dispuestos a dejar que Dios nos liberase de todos nuestros defectos de carácter.
           
            Antes de comenzar con el Sexto Paso, muchos de nosotros encontramos útil meditar y considerar nuestro trabajo hasta ahora. Si hemos sido minuciosos, hemos realizado bastante trabajo, alguna parte de éste muy difícil.

            En nuestra meditación, reflexionamos sobre los primeros tres pasos. Otra vez, aceptamos nuestra impotencia, reiteramos nuestra fe, y nos volvimos a comprometer con nuestra decisión de entregarnos al cuidado de nuestro Poder Superior. Nos dimos cuenta que habíamos profundizado en nuestro entendimiento del proceso de recuperación. Después de concluir que el examen de nuestras vidas en el Cuarto y Quinto Paso era tan completo como un trabajo en la medida que éramos capaces de hacerlo, estábamos listos para realizar el Sexto Paso.

            El Sexto Paso es un paso de transición. Es donde nosotros realmente comenzamos a cambiar. Necesitábamos considerar qué se consideraba ese cambio para nosotros. A través del Cuarto y Quinto Paso llegamos a conocernos nosotros mismos más profundamente que nunca. Nos enfrentamos con lo que nos había funcionado y con lo que no, así como con nuestros rasgos efectivos e inefectivos. Llegamos a entender que habían razones para nuestra conducta. En el Sexto Paso examinamos las razones y nuestra motivación para nuestra conducta. Con este conocimiento adicional, comenzamos a considerar maneras más saludables de satisfacer nuestras necesidades. En otras palabras, estábamos listos para que Dios nos retirara nuestros defectos, o rasgos de carácter ineficaces.

            Vimos que cada uno de nuestros defectos de carácter tenía dos aspectos. Cada uno tenía el potencial de dañarnos, como vimos en el Cuarto Paso, pero también podían darnos placer, o un sentido de aceptación, o tal vez el medio de evitar el estrés, el miedo o el dolor. Ahora, aprendimos cómo incorporar el placer en nuestras vidas de formas más saludables. Llegamos a ver cómo nuestra necesidad de aceptación podía satisfacerse sin hacernos daño a nosotros mismos. Nos dimos cuenta que, una vez que reconocimos y aceptamos, el estrés y el temor podían ser disminuidos en gran parte. Nuestra fe recientemente encontrada no se deshizo del dolor por medio de explicaciones, el cual aceptamos como una parte integral de la vida, sino que nos dio el coraje para enfrentarlo, y sentirlo, en lugar de usar la nicotina para obstruirlo o evitarlo.

            Al trabajar en el Sexto Paso, encontramos que era útil reconocer los beneficios y castigos que obteníamos al representar nuestros defectos de carácter. Empezamos a entender por qué hacíamos ciertas cosas, y qué era lo que estábamos tratando de obtener del proceso. Aprendimos a reconocer que, en el proceso, también obtuvimos cosas que no queríamos.

            Por ejemplo, nos dimos cuenta de que nuestro enfoque hacia la vida demasiado crítico funcionaba como una manera de aumentar nuestro propio sentido de autoestima y nos ayudaba a cubrir nuestros sentimientos de insuficiencia o temor. Al mismo tiempo, llegamos a entender que este enfoque nos mantenía separados de aquellos a quienes estábamos juzgando. Esto nos encerraba en un falso sentido de superioridad. Nos privaba de la honestidad en las relaciones con los demás.

            Una vez que entendimos lo que realmente estábamos intentando lograr, desarrollamos nuevos métodos para obtener los mismos resultados en formas que no fueran auto-destructivas. En nuestra búsqueda de la auténtica autoestima, reconocimos nuestros propios atributos positivos y contamos con éstos. Ya no nos preocupaba cómo éramos percibidos por los demás. Nos negamos a permitir que nuestra autoestima la determinarán las opiniones de los demás.

            En nuestro intento por manejar nuestros sentimientos de insuficiencia y temor, llegamos a darnos cuenta de que eran sentimientos humanos normales. Entendimos y aceptamos nuestras limitaciones. Algunas veces no éramos lo suficientemente mayores; en otras no éramos lo suficientemente jóvenes. No éramos superhombres o supermujeres. No podíamos hacer todo. Además, vivimos en un mundo algunas veces peligroso y el temor es una emoción legitima.

            Una vez que nos dimos cuenta de que estos sentimientos eran aceptables, nos enfocamos en ellos de una manera diferente. Examinamos lo que nos hacía sentir inadecuados. Supimos qué era lo que nos asustaba. Armados con la información que estos esfuerzos brindaban, y con la ayuda de nuestro Poder Superior, pudimos prepararnos para situaciones en nuevas maneras que reducían o eliminaban los sentimientos de insuficiencia o temor.

            Cuando llegamos a entender el concepto de estar “listos” a que nos retiraran nuestros defectos de carácter, pudimos considerar estar “enteramente” listos. Estuvimos dispuestos a olvidar y cambiar. La idea de “enteramente” era un objetivo que intentábamos conseguir.

Éramos confortados por el pensamiento de que buscábamos progreso y no la perfección. Pensamos de nuevo en el Tercer Paso cuando decidimos entregar nuestra voluntad y nuestras vidas al cuidado de Dios, como sea que lo concibiéramos. Confirmamos que nos referíamos a nuestra total voluntad y nuestra vida entera.

            En el Sexto Paso pasamos de un período de nuestra vida a otro. Nos enteramos de la diferencia entre aferrarnos al pasado y olvidarlo. Comenzamos a aprender a dejar de vivir en el dolor del ayer y comenzar a vivir en el placer del hoy. Ahora estábamos verdaderamente listos, con una conciencia clara de pedirle ayuda a Dios.

No hay comentarios:

Publicar un comentario

I AM IN RECOVERY. 12 STEP

Un método para dejar la adicción que ha demostrado su eficacia en todos los países del mundo y con los mas diversos tipos de adicciones, ...