10 de enero
Miedo
No seas
demasiado tímido y escrupuloso acerca de tus actos. La vida entera es un
experimento. Cuantos más experimentos hagas, mejor. ¿Qué importa si éstos son
un tanto burdos y te empapas o te rasgas la ropa, o si fracasas y te revuelcas
en la tierra una o dos veces? Te levantas de nuevo; nunca debes tenerle tanto
miedo a una caída.
(Ralph Waldo
Emerson).
El miedo
puede ser un gran obstáculo para muchos de nosotros: miedo a la fragilidad,
miedo al fracaso, miedo a cometer un error, miedo al qué dirán, miedo al éxito.
Quizá dudemos tanto de nuestra siguiente acción o palabra que acabemos
convenciéndonos de no participar en la vida.
“¡Pero ya
fracasé antes!” “¡No puedo hacerlo bien!”“¡Mira lo que me pasó la última
vez!”“¿Qué pasaría si…?” Estas afirmaciones pueden ser un disfraz del miedo. A
veces, el miedo es el disfraz de la vergüenza .
Después de
que terminé los primeros dos capítulos de un libro que estaba escribiendo, los
leí e hice una mueca. “No están bien”, pensé. “No puedo hacerlo”. Estaba lista
para tirar los capítulos por la ventana y tirar también mi carrera como autora.
Una amiga
escritora me llamó y le conté mi problema. Ella me escuchó y me dijo: “Esos
capítulos están bien. Deja ese miedo. Deja de criticarte a ti misma y sigue
escribiendo”. Seguí su consejo. El libro que estuve a punto de tirar a la
basura se convirtió en un éxito de ventas del New York Times.
Relájate.
Nuestro mejor esfuerzo es suficientemente bueno. Puede ser mejor de lo que
pensamos. Incluso nuestros fracasos pueden convertirse en importantes
experiencias de aprendizaje que nos lleven directamente al éxito, y que sean
necesarias para él.
Siente el
miedo y luego déjalo ir. Decídete y hazlo, sea lo que sea. Si nuestros
instintos y nuestro sendero nos han traído hasta aquí, aquí es donde debemos
estar.
“Hoy
participaré en la vida al máximo de mi capacidad, sin importarme el resultado.
Eso me hace ser un ganador”.
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