11 de enero
Deja ir el
sentimiento de culpa
“Hay un buen
truco que usan las personas que tienen una relación disfuncional”, dijo una
mujer en recuperación. “El otro hace algo mal o algo equivocado y luego se
queda allí parado hasta que te sientes culpable y terminas ofreciendo
disculpas”.
Muchas
veces, las cosas por las que nos sentimos culpables no son asunto nuestro.
Cuando alguna persona se comporta en forma incorrecta, de alguna manera está
violando nuestros límites. Si nos oponemos a esa conducta, la persona se enoja
y se pone a la defensiva. Entonces, nosotros nos sentimos culpables.
El
sentimiento de culpa puede impedir que fijemos los límites que nos conviene
establecer y que les convienen también a los demás. El sentimiento de culpa
puede impedir que cuidemos sanamente de nosotros mismos.
No debemos
permitir que los demás estén seguros de que siempre nos sentiremos culpables.
No tenemos que permitirnos que la culpa nos controle, sea merecida o no.
Podemos romper la barrera de la culpa que nos impide cuidar de nosotros mismos.
Empuja. Empuja mas fuerte. No tenemos la culpa, ni estamos locos ni
equivocados. Tenemos derecho a fijar limites en que se nos trate en forma
adecuada. Podemos separar nuestros problemas de los demás y dejar que cada
persona experimente las consecuencias de su propia conducta, incluyendo el
sentimiento de culpa. Podemos confiar en nosotros mismos para saber cuando
están siendo violados nuestros límites.
“Hoy dejaré
ir mis pequeños y mis grandes sentimientos de culpa. La luz y el amor están de
mi lado”.
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