Muchos de
nosotros hemos estado tan torpes y hemos menospreciado tan completamente
nuestros sentimientos que hemos perdido el contacto con nuestras necesidades en
las relaciones.
Podemos
aprender a distinguir cuáles son las compañías que disfrutamos, estemos
hablando de amigos, de conocidos de negocios, de citas amorosas o de cónyuges.
Todos necesitamos interactuar con gente que preferiríamos evitar, pero no
tenemos por qué obligarnos a tener relaciones largas o de intimidad con estas
personas.
Somos libres
de escoger amigos, la gente con quien salimos, cónyuges. Somos libres de elegir
cuánto tiempo pasamos con esa gente con la que no siempre podemos escoger
estar, como los familiares. Esta es nuestra vida. Esta es. Podemos decidir cómo
queremos gastar nuestros días y nuestras horas. No estamos esclavizados. No
estamos atrapados. Y ninguno de nosotros carece de opciones. Podremos no ver
nuestras opciones claramente. Aunque tal vez tengamos que batallar con la
vergüenza y aprender a adueñarnos de nuestro poder, podemos
aprender a
pasar nuestras valiosas horas y dias con gente que disfrutamos y con la que
hemos elegido estar.
“Dios mio,
ayúdame a valorar mi tiempo y mi vida. Ayúdame a valorar como me siento junto a
ciertas personas. Guíame mientras aprendo a desarrollar relaciones sanas, de
intimidad y de compartir con la gente.
Ayúdame a
darme a mi mismo la libertad para experimentar, explorar y aprender quien soy,
quien puedo ser en mis relaciones”.
No hay comentarios:
Publicar un comentario