He aquí un
ejercicio:
Hoy, deja
que alguien te dé. Deja que alguien haga algo bueno por ti. Deja que alguien te
haga un cumplido o te diga algo bueno acerca de ti mismo. Deja que alguien te
ayude.
Luego,
quédate ahí parado y acéptalo. Siéntelo. Sabe que vales la pena y eres
merecedor. No te disculpes. No digas: “No debes tenerlo”. No te sientas
culpable, atemorizado, avergonzado y con pánico. No trates de dar
inmediatamente algo a cambio.
Simplemente
di, “gracias”
“Hoy me
permitiré recibir algo de otra persona y me permitiré sentirme a gusto con
ello”.
No hay comentarios:
Publicar un comentario