Deja de tratar con
insistencia de controlar las cosas. Nuestra labor no es controlar a la gente,
los resultados de los sucesos, las circunstancias, la vida. Quizá en el pasado
no pudimos confiar y dejar que las cosas sucedieran. Pero ahora podemos
hacerlo. La manera como se está desenvolviendo la vida es buena.
Déjala que se
desenvuelva.
Deja de empeñarte en
hacer las cosas mejor, de ser mejor, de ser más. Ser como somos y hacer las
cosas como las hacemos es suficientemente bueno para hoy.
Ser como éramos y
hacer las cosas como las hacíamos fue bastante bueno ese día.
Aligerémonos. Dejemos
ir. Dejemos de esforzarnos tanto.
“Hoy me dejaré ir.
Dejaré de tratar de controlar todo. Dejaré de tratar de ser mejor y de hacerlo
todo mejor, y simplemente me dejaré ser”.
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