Concibe
pensamientos curativos.
Cuando
sientas ira o resentimiento, pídele a Dios que te ayude a sentirlos, a aprender
de ellos y a liberarte de ellos. Pídele que bendiga a aquellos hacia quienes
sientes ira.
Pídele que
te bendiga a ti también.
Cunando
sientas miedo, pídele que lo aparte de ti. Cuando te sientas desgraciado,
obligate a sentir gratitud. Cuando te sientas privado, sabe que hay lo
suficiente.
Cuando te
sientas avergonzado, tranquilízate diciéndote qué está bien que seas como eres.
Eres suficientemente bueno.
Cuando
tengas dudas de tu tiempo o de tu posición actual en la vida, asegúrate a ti
mismo que todo está bien; que estas justamente donde debes estar. Tranquilízate
diciéndote que los demás también lo están.
Cuando
ponderes el futuro, dite a ti mismo que éste será bueno. Cuando voltees a ver
el pasado, abandona los remordimientos.
Cuando te
des cuenta de los problemas, afirma que habrá una solución oportuna y que de
ellos saldrá un regalo.
Cuando te
resistas a sentimientos o pensamientos, practica la aceptación. Cuando te
sientas incómodo, sabe que se te pasará.
Cuando
identifiques un deseo o una necesidad, repítete a ti mismo que será satisfecho.
Cuando te
preocupes por aquellos que amas, pídele a Dios que los cuide y los proteja.
Cuando te preocupes por ti mismo, pídele a El que haga lo mismo.
Cuando
pienses en los demás, piensa en el amor. Cuando pienses en ti mismo, piensa en
el amor.
Luego mira a
tus pensamientos transformar la realidad.
“Hoy pensaré
pensamientos curativos”.
No hay comentarios:
Publicar un comentario