A nadie le
gusta un mártir.
¿Cómo nos
sentimos cerca de los mártires? Culpables, enojados, atrapados, negativos y
ansiosos por escapar.
De alguna
manera, muchos de nosotros hemos desarrollado la creencia de que privándonos,
no cuidando de nosotros mismos, siendo víctimas y sufriendo sin necesidad
conseguiremos lo que deseamos.
Es nuestra
labor darnos cuenta de nuestras capacidades, de nuestros puntos fuertes y
cuidar de nosotros mismos desarrollándolos y actuando de acuerdo con ellos.
Es nuestra
labor percatarnos de nuestro dolor y cansancio y cuidar adecuadamente de
nosotros mismos.
Es nuestra labor
percatarnos de nuestra privación, también, y empezar a dar pasos para darnos a
nosotros mismos abundancia. Esto comienza en nuestro interior, cambiando lo que
creemos merecer, renunciando a nuestra privación y tratándonos a nosotros
mismos de la manera como merecemos ser tratados.
La vida es
dura, pero no tenemos por qué hacerla más difícil descuidándonos a nosotros
mismos. No hay gloria en el sufrir, sólo hay sufrimiento. Nuestro dolor no
cesará cuando llegue un rescatador, sino cuando asumamos la responsabilidad que
tenemos hacia nosotros mismos y detengamos nuestro dolor.
“Hoy yo seré
mi propio rescatador. Dejareé de estar esperando a que alguien mas resuelva mis
asuntos y solucione mis problemas por mi”.
No hay comentarios:
Publicar un comentario