Muchos de
nosotros tenemos alguien en nuestra vida que desafía nuestra capacidad para
confiar y cuidar de nosotros mismos.
Cuando
escuchamos la voz de esa persona o estamos en su presencia, podemos olvidar
todo lo que sabemos que es real, acerca de cómo ser dueños de nuestro poder, de
cómo ser directos acerca de lo que sabemos y creemos que es verdad, de lo
importantes que somos.
Le cedemos
nuestro poder a esa persona. Nuestro niño interior queda enganchado en una
mezcla de sentimientos poderosos, de amor, miedo o ira. Podemos sentirnos
atrapados, impotentes, o tan atraídos por ella, que no podemos pensar con
claridad. Puede darse una poderosa contienda entre los sentimientos de ira y
nuestra necesidad de ser amados y aceptados, o entre nuestra cabeza y nuestro
corazón.
Podemos
estar tan prendidos a ella o tan intimidados, que volvemos a nuestra creencia
de que no podemos reaccionar ante esta persona o responderle de manera
diferente.
Nos quedamos
enganchados.
No tenemos
por qué quedar bajo un hechizo.
Empezamos
por hacernos conscientes de la gente que nos engancha, y luego lo aceptamos.
Podemos
forzarnos a reaccionar distinto hacia esa persona, aunque esa nueva reacción
nos resulte difícil e incómoda.
Indaga
cuáles son tus motivaciones ¿Estamos de alguna manera tratando de controlar o
de influir en esa persona? No podemos hacer cambiar a otra persona, pero
podemos dejar de jugar nuestra parte en el juego. Una buena manera de hacerlo
es desapegándonos y dejando ir cualquier necesidad de control.
El siguiente
paso es aprender a adueñarnos de nuestro poder para cuidar de nosotros mismos,
de ser como somos cuando estamos libres de su influencia. Podemos aprender a
adueñarnos de nuestro poder con la gente difícil. Puede que no ocurra de la
noche a la mañana, pero podemos comenzar, hoy, a cambiar nuestras reacciones
autoderrotistas hacia la gente que nos ha enganchado.
“Dios mio,
ayúdame a identificar las relaciones en las cuales yo haya renunciado a mi
poder. Ayúdame a desengancharme y empezar a adueñarme de mi poder”.
No hay comentarios:
Publicar un comentario