La mayoría
de nosotros queremos caer bien. Queremos que los otros piensen que somos
agradables, amistosos, amables y amorosos. La mayoría de nosotros queremos la
aprobación de los demás.
Desde la
niñez, algunos de nosotros hemos estado tratando de obtener aprobación, tratado
de caerle bien a la gente y que ésta nos tenga en alta estima. Podemos tener
miedo a que la gente nos deje si desaprueba nuestras acciones. Podemos buscar
aprobación de gente que no tiene nada de aprobación que dar. Podemos no saber
que somos dignos de amor ahora y que podemos aprender a aprobarnos a nosotros
mismos.
Para poder
vivir felices, para vivir consistentemente con la forma como nuestro Poder
Superior quiere que vivamos, y para ceñirnos a un modo de vida que está en
armonía con el universo, necesitamos dejar ir nuestra extremada necesidad de
aprobación. Estas necesidades insatisfechas de aprobación y de amor de nuestro
pasado le dan a los demás control sobre nosotros hoy. Estas necesidades pueden
impedirnos actuar como mejor nos conviene y ser fieles a nosotros mismos.
Nosotros
podemos aprobarnos solos. Al final, ésa es la única aprobación que cuenta.
“Hoy dejaré
ir mi necesidad de aprobación y mi necesidad de caer bien. Las remplazaré con
la necesidad de caerme bien y de aprobarme yo misma. Disfrutaré la sorpresa que
encontraré cuando lo haga. La gente que cuenta, incluyéndome a mí mismo, me
respetará cuando me sea fiel a mí mismo”.
No hay comentarios:
Publicar un comentario