La
recuperación no es trabajo cansado, no recompensado. Hay tiempos de alegría y
de descanso, tiempos en que cómodamente practicamos lo que hemos aprendido. Hay
épocas de cambio, épocas en las que batallamos por aprender algo nuevo o por
superar un problema en particular.
Éstas son
las épocas en las que lo que hemos estado practicando en la recuperación
empieza a mostrarse en nuestra vida. Estas épocas de cambio son intensas, pero
tienen un propósito.
Tambien hay
épocas en las que, a un nivel profundo, estamos siendo “reprogramados”.
Empezamos a dejar ir creencias y conductas. podemos sentirnos asustados o
confundidos durante estas épocas. Nuestras antiguas conductas o patrones podrán
no habernos funcionado, pero eran cómodos y familiares.
Durante
estas épocas podemos sentirnos vulnerables, solos y necesitados, como lo
estamos en un viaje cuando no tenemos un mapa o una linterna, y nos sentimos
como si nadie hubiera pasado antes por esta tierra.
Podemos no
comprender lo que se esta resolviendo en nuestro interior. Podemos no saber
adonde se nos esta conduciendo.
Se nos está
conduciendo. No estamos solos. Nuestro Poder Superior está obrando lo mejor
para traer a nosotros un verdadero cambio. Otros han viajado por este camino
también. Se nos conducirá hacia alguien que pueda ayudarnos, alguien que pueda
brindar las señales que necesitamos.
Se nos está
preparando para recibir tanta alegría y amor como nuestro corazón puede
albergar.
La
recuperación es un proceso curativo. Podemos confiar en él, aunque no lo
comprendamos. Estamos justo donde necesitamos estar dentro de este proceso.
Estamos pasando exactamente por lo que necesitamos experimentar. Y a donde
estamos yendo es mejor que cualquier lugar en el que hayamos estado.
“Hoy, Dios
Mío ayúdame a creer que los cambios por los que estoy atravesando son para
bien. Ayúdame a creer que el camino por el que estoy viajando me llevará a un
lugar de luz, de amor y de alegría”.
No hay comentarios:
Publicar un comentario