A veces, no
hay suficiente dinero para cubrir los gastos indispensables, mucho menos para
darse algunos lujos.
Cuando la
gente nos sugiere que hagamos un presupuesto, dejamos escapar una risita
ahogada. Los gastos que necesitamos pagar para sobrevivir superan los ingresos.
Vemos la
situación, meneamos la cabeza y decimos “no se puede”.
Muchos de
nosotros hemos tenido que vivir estas situaciones. Este no es momento de
llenarnos de pánico, no es el momento de desesperarnos.
El pánico y
la desesperación nos llevan a tomar malas decisiones y a tomar acciones
desesperadas. Este es el momento de sustituir el miedo por la fe. Este es el
momento de confiar en que Dios satisfará nuestras necesidades.
Toma la vida
de un día y una necesidad a la vez. Usa positivamente tus habilidades para la
sobrevivencia. Sabe que tus posibilidades no están limitadas por el pasado ni
por tus circunstancias actuales. Examina cualquier obstáculo que pudiera estar
impidiendo el flujo de dinero en tu vida. ¿Tienes una actitud, un asunto, una
lección que debes cambiar o aprender?
Tal vez, la
lección sea una simple lección de fe. En los tiempos bíblicos se ha dicho que
Jesús camino sobre el agua. Se ha dicho que sus seguidores podían hacerlo,
también, pero que en el momento en que se dejaron apoderar del miedo se
hundieron.
Durante
épocas económicas difíciles, nosotros podemos aprender a “caminar sobre el
agua” respecto de las cuestiones de dinero. Si hacemos un presupuesto y no hay
suficiente dinero para sobrevivir y para pagar gastos legítimos, haz las cosas
lo mejor que puedas, y luego déjalo ir. Confió en que tu Fuente proveerá tus
necesidades. Si surge una emergencia y no hay dinero en efectivo para
satisfacer la necesidad, mira mas allá de la cartera. Mira a tu Fuente. Pide a
la provisión Divina, una provisión ilimitada, de todo lo que necesites.
Haz tu
parte. Lucha por una actitud de responsabilidad económica en pensamiento y
acción. Pide la Divina Sabiduría. Escucha la guía de Dios. Luego deja ir tus
miedos y tu necesidad de controlar.
Sabemos que
el dinero es una parte necesaria del estar vivos y viviendo y también lo sabe
nuestro Poder Superior.
“Dios mío,
trae a la superficie cualquier obstáculo y barrera que tenga en mi interior en
lo concerniente al dinero. Ayúdame a cuidar de mí mismo económicamente. Si
estoy apurado de dinero, disiparé el miedo y aprenderé a “caminar sobre el
agua” en lo relativo a asuntos de dinero. No utilizaré esta actitud para
justificar la irresponsabilidad. Yo haré mi parte, incluyendo dejar ir el miedo
y confiando en que Tú harás el resto”.
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