Sométete al
dolor. Luego aprende a someterte a lo bueno. Ahí está, y viene más en camino.
(Más allá de la codependencia).
Nuestra meta
en la recuperación es hacernos sentir a gusto, en paz y contentos. Felices.
Queremos estar en paz con nosotros mismos y con el ambiente que nos rodea. A
veces, para hacerlo, necesitamos estar dispuestos a afrontar el malestar,
sentirlo y superarlo.
No estoy
hablando aquí de ser adictos a la desgracias y al dolor. No estoy hablando de
crear un dolor innecesario. Estoy hablando del legítimo malestar que a veces
necesitamos sentir mientras nos curamos.
Cuando nos
hacen una cirugía, el dolor molesta la mayor parte del día siguiente de la
operación. Cuando hacemos el tipo de trabajo que estamos enfrentando en la
recuperación, nos estamos haciendo una cirugía emocional, mental y espiritual.
Nos estamos quitando partes que está infectadas e inflamadas. A veces, el
proceso duele.
Somos
suficientemente fuertes para sobrevivir al malestar y a los sentimientos
temporales de dolor emocional. Una vez que estamos dispuestos a enfrentar y a
sentir nuestro malestar y nuestro dolor, hemos llegado casi al punto del
alivio.
“Hoy estoy
dispuesto a enfrentar mi malestar, confiando en que la curación y el alivio
están del otro lado. Ayúdame, Dios mío, a estar abierto a sentir lo que
necesite sentir para ser curado y estar sano. Mientras lo hago, confiaré en que
soy cuidado y protegido por mí mismo, por mis amigos, por mi Poder Superior y
por el universo”.
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