Confía en
Dios y haz algo. (Mary Lyon).
Es
importante que nos permitamos experimentar la pena como un pasaje entre el ayer
y el mañana. Pero no tenemos por qué dejarnos controlar indebidamente por
nuestra pena o nuestro dolor.
Hay épocas
en las que hemos experimentado pena, en que nos hemos sometido a la pesadez, al
cansancio y a lo fastidioso de una circunstancia por un tiempo suficiente. Ya
es tiempo de romper con eso. Ya es tiempo de emprender una acción.
Nosotros
sabremos cuando sea tiempo de romper con la rutina de experimentar la pena.
Habrá señales dentro de nosotros y a nuestro alrededor. Nos cansaremos de la
pesadez. Se nos ocurrirá una idea; se nos presentara una oportunidad. Podremos
pensar: no. Es demasiado esfuerzo. Hazlo de todos modos. Prueba algo. Busca
algo. Estírate. Haz algo desusado, algo diferente, algo especial.
Una nueva
actividad puede ayudar a disparar el proceso de transformación. ¡Quédate
despierto dos horas mas de lo acostumbrado! Haz una cita para hacer algo por ti
mismo que sea diferente a lo que normalmente haces. Visita a alguien que no
hayas visto desde hace años. Haz algo que aliente y ayude a la nueva energía a
que venga hacia ti.
Podemos no
sentir ganas de romper con la pena, el duelo. Podrá parecernos mas seguro, mas
fácil, permanecer en nuestro capullo. Empieza a tratar de romperlo de todas
maneras.
Prueba las
paredes de tu capullo. Empújalas. Empújalas un poco más. Puede ser tiempo ya de
salir.
“Hoy confiaré
en Dios y en mi proceso, pero también tomaré acción para ayudarme a sentirme
mejor”.
No hay comentarios:
Publicar un comentario