15 de diciembre
Esta bien
tener sentimientos y sentirlos, todos ellos.
Aunque
llevemos años en recuperación, podemos seguir sintiendo que batallamos con
nosotros mismos acerca de este asunto. De todas las prohibiciones con que hemos
vivido, ésta es potencialmente la más perjudicial y con la que más tiempo hemos
vivido.
Muchos de
nosotros hemos necesitado cerrar nuestra parte emocional para sobrevivir
ciertas situaciones. Cerramos la parte nuestra que siente coraje, tristeza,
miedo, alegría y amor. Podemos haber apagado también nuestros sentimientos
sexuales y sensuales. Muchos de nosotros vivimos dentro de sistemas con gente
que rehusaba tolerar nuestras emociones. Nos avergonzaban o nos regañaban por
expresar sentimientos, generalmente la gente a la que se le había
enseñado a
reprimir los propios.
Pero los
tiempos han cambiado. Ahora está bien reconocer y aceptar nuestras emociones.
No necesitamos permitir que nuestras emociones nos controlen; tampoco
necesitamos reprimir rígidamente nuestros sentimientos. Nuestro centro
emocional es una parte valiosa de nosotros. Está conectada a nuestro bienestar
físico, a nuestro pensamiento y a nuestra espiritualidad.
Nuestros
sentimientos también están conectados a ese gran don, el instinto. Ellos nos
permiten dar y recibir amor.
No somos ni
débiles ni deficientes por dar rienda suelta a nuestros sentimientos. Eso
significa que nos estamos convirtiendo en personas sansas y completas.
No hay comentarios:
Publicar un comentario