¡No dejes de
vivir tu vida!
Muy a
menudo, cuando se da un problema, dentro de nosotros o a nuestro alrededor,
retrocedemos al pensar que si pusiéramos nuestra vida en suspenso posiblemente
podríamos contribuir en forma positiva a la solución. Si una relación no está
funcionando, si enfrentamos una decisión difícil, o si nos estamos sintiendo
deprimidos, podemos poner nuestra vida en suspenso y atormentarnos con
pensamientos obsesivos.
Abandonar
nuestra vida o nuestra rutina contribuye a agrandar el problema y nos impide
encontrarle una solución.
Frecuentemente,
la solución llega cuando la dejamos ir lo suficiente para vivir nuestra vida,
regresar a nuestra rutina y dejar de obsesionarnos por el problema.
A veces,
aunque no sintamos quererlo dejar ir o poderlo dejar ir, podemos actuar “como
si” pudiéramos, y eso nos ayudará a dejarlo ir, tal como deseamos.
No tienes
porqué renunciar a tu poder para solucionar problemas. Puedes dejar de
concentrarte en tus problemas y concentrarte en en tu vida, confiando en que el
hacerlo así te llevara a acercarte a una solución.
“Hoy seguiré viviendo mi vida y atendiendo mis rutinas. Decidiré, tan frecuentemente como
necesite hacerlo, dejar de obsesionarme acerca de lo que me este molestando. Si
no siento ganas de dejar ir alguna cosa en particular, actuare “como si” ya la
hubiera dejado ir hasta que mis sentimientos estén de acuerdo con mi conducta”
No hay comentarios:
Publicar un comentario