Nos sentimos
seguros con las personas directas, honestas. Hablan claro y sabemos donde
estamos parados con ellas.
En la gente
indirecta, en la gente a la que le da miedo decir quien es, que quiere y que
esta sintiendo, no se puede confiar. De alguna manera actuaran conforme a su
verdad aunque no la digan. Y pueden pescar a todo mundo por sorpresa.
Ser directos
ahorra tiempo y energía. Nos aparta del papel de víctimas. Nos exime del
martirio y de los juegos. Nos ayuda a adueñarnos de nuestro poder. Crea
relaciones de respeto.
Se siente
uno seguro al tratar con gente directa, honesta. Sé una de ellas.
“Hoy me
adueñaré de mi poder para ser directo. No tengo por qué ser pasivo, ni necesito
ser agresivo. Me sentiré cómodo con mi propia verdad, para que los que me
rodean se sientan cómodos conmigo”.
No hay comentarios:
Publicar un comentario