UNDÉCIMO PASO
Buscamos a través de la oración y meditación,
mejorar nuestro contacto consciente con Dios, según lo concebimos, orando
solamente para conocer su voluntad para con nosotros y la fortaleza para
seguirla.
Hemos pasado nuestras vidas
creando distancia entre nosotros mismos y la paz en nuestro interior. Hemos
hecho nubes de niebla ahumada entre nosotros mismo y nuestro Poder Superior al
grado de que ya no podemos ver nuestro Poder Superior. El Onceavo Paso es lo
que hacemos para limpiar la niebla y vernos a nosotros mismos y nuestra relación
con Dios en una luz clara y serena. Esto fortalece la conexión entre nosotros y
nuestro Poder Superior. El dividir este paso en componentes más pequeños podría
ayudarnos a examinar su importancia.
“Buscamos a través de la oración y
meditación …”
Cada persona
debe llegar a su propio entendimiento de lo que significa oración. La oración
es vista por algunos como una “percepción elevada de la intuición”. Otros la
ven como hablar con su yo superior, o hablar con Dios. Algunas personas ya
establecieron una forma de oración antes de entrar al programa. Estas personas
tal vez no tenían problema para iniciar contacto con un Poder Superior. Otros
encuentran difícil orar , si no es que imposible. Lo importante es hacer lo que
necesitemos para fortalecer el lazo entre nosotros mismos y un poder superior
que nosotros mismos. La gente que tiene dificultad al rezar también pide ayuda
a los miembros compañeros de Fumadores Anónimos. Un padrino puede ser
especialmente útil en esta etapa al compartir experiencia, fuerza y esperanza.
No hay oraciones correctas o
incorrectas, maneras de rezar o lugares para hacerlo, pero es crucial que
busquemos sinceramente la voluntad de Dios. Lo que sea que funcione funciona, y
no será juzgado por los demás. Algunas personas sólo sienten que están rezando
si están arrodillados, humillándose ante su Poder Superior. Otros rezan
mientras trabajan, trotan o manejan sus autos. Esto demuestra que es útil
comenzar nuestro día con algún tipo de oración, pidiéndole a Dios dirección y
enfocar nuestro pensamiento y acciones hacia los fines de Dios. En la noche,
antes de ir a la cama, tomamos algo de tiempo para listar mentalmente todas las
cosas por las que debemos estar agradecidos hoy, un día más de estar libres de
la nicotina, nuestra salud, amigos, seres amados, trabajos, hogares, etc.
Podemos reflejarnos en los cambios que han ocurrido en nuestras vidas desde que
dejamos de usar la nicotina y comenzamos a soltar nuestros apegos egoístas y
caprichosos.
En el pasado, muchos de nosotros
rezamos a Dios sólo para pedirle cosas o resultados específicos. Ahora nos
preguntamos a nosotros mismos, “¿Cómo puedo solicitar un resultado específico
cuando ultimadamente no sé qué es bueno para mi o para alguien más?”
Aceptación, no control, es la clave. En tanto pidamos cosas específicas,
no te desistas y encomiéndate a Dios. Al
adoptar una actitud de “Hágase tu voluntad, no la mía”, se nos da más que lo
que alguna vez soñamos. En lugar de preguntar qué queremos y qué pensamos que
necesitamos, nos enfocamos en ofrecernos nosotros mismos a Dios, como
sirvientes dispuestos, listos para realizar acciones conforme Dios ve que se
necesitan.
Como con la oración, las técnicas de
meditación varían ampliamente y cada persona debe encontrar su propio camino.
La meditación nos lleva a volvernos tranquilos, abiertos y receptivos. Nos
ayuda a ir hacia nuestro interior, a estar calmados, y a vaciarnos nosotros
mismos de modo que Dios pueda entrar y llenarnos. Sentarse pacíficamente frente
a una vela puede ayudar a producir un estado de calma interior y sinceridad.
Así que puedes sentarte solo en una isla aislada, bajo un árbol en las
montañas, o en una silla en una mesa de la cocina. Una manera de comenzar a
meditar es simplemente sentarnos tranquilamente, enfocados en nuestra
respiración conforme inhalamos y exhalamos. Deja que el diafragma haga el
trabajo, sólo observa qué sucede. Otra herramienta que algunas personas usan es
visualizar a Dios en el corazón. Deja que Dios se expanda y apodere del cuerpo,
la habitación y el mundo.
“…mejorar nuestro contacto consciente
con Dios…”
Lo que sea que hagamos para
nuestro Onceavo Paso, es muy importante que hagamos algo. Este Paso es una paso
de acción. Mientras que muchos de nosotros comenzamos haciendo el Onceavo Paso
por unos cuantos minutos al día, encontramos a través de la experiencia que es
posible tener una conexión con nuestro Poder Superior en todo momento del día y
noche. Mientras que es muy difícil, es posible. Muchos encuentran que entre más
contacto tienen con su Poder Superior, se vuelven más serenos.
Algunos han descubierto herramientas
útiles para obtener un contacto constante con Dios, y aquí están unas cuantas:
· Pedirle
ayuda a Dios cuando se toman decisiones.
· Realizar
cada acción como si fuera un regalo a Dios.
· Idear una
imagen de Dios (por ejemplo, flama de vela, océano) e imaginar eso tanto como
sea posible.
· Pensar en
nosotros mismos como un instrumento en las manos de Dios.
· Repetir
lemas del programa a nosotros mismos.
· Pensar en
nosotros mismos como una célula en el cuerpo de nuestro Poder Superior, o una
estrella en el cuerpo del universo.
“…según lo concebimos…”
Debemos encontrar, saber y entender un
Dios/Poder Superior que trabaja para nosotros. No hay reglas para esto. Dios
puede ser una voz interior, naturaleza, otras personas, o una piedra. El
programa puede funcionar sólo si somos libres de explorar nuestros caminos
individuales y realizar la experiencia de Dios que necesitamos para hoy.
Es útil recordar que hallar un
entendimiento de Dios es un proceso, no un evento. Tenemos toda nuestra vida
para buscar a Dios, para significado, para respuestas. No hay prisa. Hoy es
suficiente. Dios nos dará lo que necesitamos encontrar, y nos ayudará a hacer
lo que necesitamos hacer.
“…orando solamente para conocer su
voluntad para con nosotros…”
¿Cómo sabemos cuál es la
voluntad de Dios para con nosotros? Algunas veces puede ser más fácil pensar
cuál no es la voluntad de Dios. No es voluntad de Dios continuar usando
nicotina. Usar nicotina nos alejó de Dios. Renunciar al uso de la nicotina
comenzó a acercarnos a Dios.
Si nos concentramos en rezar y
realizar la voluntad de Dios, nuestros propios deseos insignificantes y anhelos
egoístas comienzan a disminuir. Nos volvemos más serenos y fluyen con nuestra
propia naturaleza esencial. Encontramos que las frutas de nuestras acciones son
preocupación de Dios y no la nuestra. Nos involucramos más con la acción y
menos preocupados con los resultados. La vida es más fácil cuando sacamos
nuestros egos del camino y establecemos firmemente nuestras mentes y corazones
en nuestro Poder Superior.
“…y la fortaleza para seguirla…”
La última cosa que el Onceavo
Paso sugiere, es que nosotros rezamos por el poder de seguir la voluntad de
Dios. Algunos ven este poder como voluntad, fuerza, aceptación, coraje y
compromiso. Otros unen todas estas cosas y lo llaman fe. La fe no significa
estupidez o ceguera. Fe significa aceptar con los ojos abiertos y corazones
amorosos la vida que yace ante nosotros, sabiendo que se harán cargo de
nosotros y que conseguiremos lo que necesitamos. Algunos dicen que la fe es
nuestra relación con Dios. Se requiere fe para desistir y encomendarse a Dios (let go and let God). Una vez que nos
deshacemos de viejos hábitos, deseos y apegos, podemos sentir una necesidad de
apegarnos a algo más. El Onceavo Paso sugiere que nos apeguemos a un Poder
Superior y que alimentemos nuestra fe para hacer la voluntad de Dios.
Nadie es perfecto. Pero si nuestras
motivaciones son claras, generosas y dirigidas hacia nuestro Poder Superior,
nuestro Undécimo Paso nos llevará a una serenidad profunda y duradera.
No hay comentarios:
Publicar un comentario