8 de noviembre.
Esto por
encima de todo: a vuestro propio ser sed fieles, y de ello se seguirá, como la
noche sigue al día, que no podréis ser falsos con ningún hombre. (William
Shakespeare).
A vuestro
propio ser sed fieles. Una afirmación fundamental para aquellos que nos
quedamos atrapados en la tormenta de necesidades y sentimientos de los demás.
Escuchar al
yo. ¿Qué es lo que necesitamos? ¿Se están satisfaciendo esas necesidades? ¿Qué
sentimos? ¿Qué necesitamos hacer para cuidar de nuestros sentimientos? ¿Qué nos
están diciendo nuestros sentimientos acerca de nosotros mismos y del rumbo que
necesitamos seguir ¿Qué queremos hacer o decir? ¿Qué nos están diciendo
nuestros instintos? Confía en ellos, aunque no tengan sentido o se contrapongan
con las reglas o las expectativas de otras personas.
A veces, las
exigencias de otras personas y nuestras confusas expectativas acerca de
nosotros mismos- los mensajes acerca de nuestras responsabilidades hacia los
demás- pueden crear un lió grande, complicado.
Podemos
convencernos incluso de que darle gusto a la gente, yendo en contra de nuestra
naturaleza y no siendo honestos, ¡es lo mas amable, lo mas honesto que podemos
hacer!
Eso no es
cierto. Simplifica las cosas. Vuelve a lo básico. Deja ir la confusión. Al
honrarnos y respetarnos a nosotros mismos, seremos sinceros con los que nos
rodean, aunque les desagrademos momentáneamente.
A vuestro
propio ser, sed fieles. Palabras sencillas que describen una enorme tarea que nos
puede hacer volver al camino.
“Hoy me
honraré, me apreciaré y me amaré a mí mismo. Cuando esté confundido acerca de
qué hacer, me seré fiel a mí mismo. Me libraré de la influencia que los demás,
y sus expectativas, tienen sobre mí”.
No hay comentarios:
Publicar un comentario