14 de enero
Acepta la
ira
La ira es
uno de los efectos más profundos que tiene la vida sobre nosotros. Es una de
nuestras emociones. Cuando se cruce en nuestro camino, vamos a sentirla, a
menos que la reprimamos. (Ya No Seas Codependiente).
Si estuviera
llevando bien el programa, no me enojaría… Si fuera un buen cristiano, no
sentiría ira… Si realmente estuviera utilizando mis afirmaciones acerca de lo
feliz que soy, no sentiría enojo… Estos son viejos mensajes que nos seducen
para otra vez, no sentir. La ira es parte de la vida. No necesitamos permanecer
en ella o desterrarla, pero no nos podemos dar el lujo de ignorarla.
En la
recuperación aprendemos que podemos sentir sin vergüenza todos nuestros sentimientos,
incluyendo la ira y aun asi, asumir la responsabilidad de lo que hacemos cuando
nos sentimos enojados. No tenemos que permitir que la ira nos controle, pero
seguramente lo hará si nos negamos a sentirla.
Ser
agradecidos, positivos, sanos, no significa que nunca sintamos ira. Ser
agradecidos, positivos, sanos significa que sentimos la ira cuando tenemos
necesidad de hacerlo.
“Hoy me
permitiré sentir ira, si necesito hacerlo. Puedo sentir mis emociones y
liberarlas constructivamente, incluyendo la ira. Sentiré gratitud por la ira
que sienta y por las cosas que ésta está tratando de mostrarme. Puedo sentir y
aceptar todas mis emociones sin vergüenza y asumir la responsabilidad de mis
actos”.
No hay comentarios:
Publicar un comentario