16
de enero
La
oración
De hecho, la oración es la única acción real en el más amplio sentido de
la palabra, porque es lo único que cambia nuestro carácter. Un cambio de
carácter, o un cambio en el alma, es un cambio verdadero. (Emmet Fox, El sermón
de la montaña).
Erica
Jong ha dicho que somos seres espirituales, que somos humanos. La plegaria y la
meditación son formas que tenemos para cuidar de nuestro espíritu, son
disciplinas que se sugieren en el Paso Once de los programas de recuperación de
Doce Pasos: Al-Anón, Alcohólicos Anónimos, y otros.
La
oración y la meditación no necesariamente están conectadas con las religiones
organizadas, son una forma para mejorar nuestra relación personal con un Poder
Superior para beneficio de nosotros mismos, de nuestra vida y de nuestro
crecimiento interior. Por medio de la oración nos conectamos con Dios. No
oramos porque tengamos que hacerlo, sino porque queremos hacerlo. Así es como
vinculamos nuestra alma con nuestro Origen.
Estamos
aprendiendo a cuidar nuestras emociones, nuestra mente y nuestras necesidades
físicas. Estamos aprendiendo a cambiar nuestras conductas, pero también a
cuidar de nuestro espíritu, de nuestra alma, porque ahí es donde empieza todo
cambio verdadero.
Cada
vez que hablamos con Dios, nos transformamos. Cada vez que nos conectamos con
nuestro Poder Superior, este nos escucha, nos toca y nos cambia para mejorar.
“Hoy
practicaré la plegaria y la meditación. Ya sea que me sienta desesperado,
inquieto o en paz, haré el esfuerzo por conectarme con mi Poder Superior, por
lo menos durante un momento el día de hoy”.
No hay comentarios:
Publicar un comentario