A veces,
nuestra vida y nuestra historia puede estar tan llena de dolor que pensamos que
es totalmente injusto que ahora tengamos que crecer y ser económicamente
responsables de nosotros mismos.
El
sentimiento es comprensible; la actitud no es sana.
Mucha gente
en recuperación puede creer que ciertas personas en particular, y la vida en
general, les deben brindar sustento después de lo que han pasado.
Para
sentirnos bien con nosotros mismos, para encontrar la paz emocional y la
libertad que estamos buscando en la recuperación, necesitamos limites sanos
acerca del dinero, de lo que damos a los demás y de lo que nos permitimos
recibir de los demás.
¿Sentimos
que los demás nos deben dinero porque no podemos cuidar de nosotros mimos?
¿Creemos que los demás nos deben porque nosotros no tenemos tanto dinero como
ellos? ¿Creemos consciente o inconscientemente que ellos nos “deben” dinero por
el dolor emocional que sufrimos a consecuencia de nuestra relación con ellos o
con otra persona?
Los daños y
perjuicios los determina el juez, no el proceso de recuperación.
Los limites
enfermizos acerca de lo que nos permitimos recibir de los demás no nos
conducirá a relaciones sanas con los demás ni con nosotros mismos.
Prueba
viendo en tu interior.La clave es nuestra actitud. La cuestión son los limites
acerca de recibir dinero. Vuélvete dispuesto a enfrentar el reto de asumir la
responsabilidad de ti mismo.
“Hoy luchare
por el tener limites claros, sanos, acerca de recibir dinero de los demás. Como
parte de mi recuperación, analizare concienzudamente mi historia financiera y
examinare si he tomado dinero ajeno de modo que no refleje unos limites sanos.
Si descubro algunos incidentes que reflejen menos que una actitud de sana
autorresponsabilidad, estaré dispuesto a reparar los daños y a desarrollar un
plan razonable para hacerlo”.
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