Sometimiento
significa decir: “Está bien, Dios. Haré lo que Tú quieras”.
La fe en el
Dios de nuestra recuperación significa que confiemos en que, eventualmente, nos
gustará hacer eso.
“Hoy me
someteré a mi Poder Superior. Confiaré en que el plan de Dios para mí será
bueno, aunque sea diferente del que yo esperaba o del que tenía esperanzas”.
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