30 de diciembre
Se han
echado los cimientos.
¿No lo ves?
¿No
entiendes que todo lo que has pasado ha tenido un propósito?
Había una
razón, una buena razón, para la espera, la lucha, el dolor y finalmente la
liberación.
Se te ha
preparado. De la misma manera como el constructor debe derribar y escarbar lo
viejo para construir lo nuevo, tu Poder Superior ha estado limpiando los
cimientos de tu vida.
¿Alguna vez
has observado a un constructor en una construcción? Cuando comienza su trabajo,
se ve peor que antes de que empezara. Lo que está viejo y deteriorado se debe
retirar. Lo que es insuficiente o demasiado débil para soportar la nueva
estructura se debe retirar, remplazar o reforzar. Ningún constructor a quien le
importe su trabajo pondría una nueva superficie sobre un sistema de apoyo
insuficiente. Los cimientos se desplomarían. La construcción no duraría.
Si el
producto terminado va a ser como se desea, se tiene que llevar a cabo un
exhaustivo trabajo de los cimientos hacia arriba. A medida que progresa la
obra, a menudo parece un cataclismo. Con frecuencia no parece tener sentido.
Podría parecer una pérdida de tiempo y de esfuerzo, porque aún no podemos ver
el producto terminado. Pero es muy importante que los cimientos se echen como
debe ser si es que el trabajo divertido, los toques finales, van a ser como
queremos que sean.
Esta época
larga, difícil de tu vida ha sido para echar los cimientos. No carecía de
propósito, aunque a veces el propósito no haya sido evidente o aparente.
Ahora se han
echado ya los cimientos. La estructura es solida.
Ahora es
tiempo ya de los toques finales, de la terminación.
Es tiempo de
poner los muebles dentro y de disfrutar los frutos de la labor.
Felicidades.
Has tenido la paciencia para soportar las partes duras. Has confiado, te has
sometido y le has permitido a tu Poder Superior y al Universo que te curen y te
preparen.
Ahora
disfrutaras de lo bueno que ha sido planeado.
Ahora veras
el propósito.
Ahora todo
se conjuntara y tendrá sentido.
Disfrútalo.
“Hoy me
someteré al echar los cimientos –las bases- de mi vida. Si es tiempo de
disfrutar la colocación de los toques finales, me someteré a ello y disfrutaré
eso también. Me acordaré de estarle agradecido a un Poder Superior que es un
Maestro Constructor y únicamente tiene en mente mis mejores intereses, creando
y construyendo mi vida. Estaré agradecido por el cuidado y la atención a los
detalles de mi Poder Superior al echar los cimientos, aunque me ponga
impaciente a veces. Miraré con reverencia la belleza del producto terminado de
Dios”.
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