Corre un
riesgo. Date una oportunidad.
Obviamente
no tenemos que correr riesgos temerarios o contraproducentes, pero en la
recuperación podemos permitirnos correr riesgos positivos. No podemos darnos el
lujo de quedarnos paralizados.
No tenemos
por qué quedarnos frustrados y atrapados por miedo a cometer un error o a
fracasar. Naturalmente, de vez en cuando cometeremos errores y fracasaremos.
Eso es parte de estar completamente vivos. No hay garantías. Si estamos
esperando cursos garantizados de acción, podemos pasar gran parte de nuestra
vida esperando.
No tenemos
por qué avergonzarnos a nosotros mismos o aceptar que nos avergüence cualquier
otra persona, incluso aquella que está en recuperación, por cometer errores. La
meta de la recuperación no es vivir la vida perfectamente. La meta de la
recuperación es vivir, aprender nuestras lecciones y lograr un progreso
general.
Corre un
riesgo. No esperes siempre una garantía. No tenemos por qué escuchar el “te lo
dije”. Límpiate el polvo después de un error y, luego, camina hacia el éxito.
“Dios mío,
ayúdame a empezar a correr riesgos sanos. Ayúdame a dejar ir mi miedo al
fracaso y ayúdame a dejar ir mi miedo al éxito. Ayúdame a dejar ir el miedo a
vivir plenamente mi vida, y ayúdame a empezar a experimentar todas las partes
de esta jornada”.
No hay comentarios:
Publicar un comentario