martes, 30 de septiembre de 2014

CODEPENDENCIA. EL LENGUAJE DEL ADIÓS. 30 DE SEPTIEMBRE. UNA VÍCTIMA NO

No eres un victima.
¡Cuan inculcada puede estar nuestra autoimagen como victima!
¡Cuan habituados estamos a sentirnos desgraciados e impotentes! La victimización puede ser un velo gris que nos rodea, atrayendo aquello que nos victimara y haciendo que generemos los sentimientos de victimización.
¡La victimización puede ser tan habitual que incluso podemos sentirnos victimados por las cosas buenas que nos suceden!
¿Tienes un coche nuevo? Si, suspiramos, pero no corre tanto como yo esperaba, y después de todo, costo tanto…
¡Tienes una familia tan bonita! Si, suspiramos, pero hay problemas. Y hemos tenido épocas tan difíciles…
¡Bueno, ciertamente tu carrera va bien! Ah, suspiramos, pero hay que pagar tal precio por el éxito. Todo ese papeleo adicional…
He aprendido que si disponemos nuestra mente para ello, tenemos una increíble, casi aterradora capacidad para descubrir la desgracia en cualquier situación, aun en la más maravillosa de las circunstancias.
Con los hombros caídos, la cabeza gacha, vamos por la vida llevándonos sofocones.
Acaba ya con eso. Quítate el velo gris de la desesperación, de la negatividad y de la victimización. Arrójalo; deja que se lo lleve el viento.
No somos víctimas. Podemos haber sido victimados. Podemos haber permitido que se nos haya victimado. Podemos haber buscado, creado o recreado situaciones que nos victimaron. Pero no somos víctimas.
Somos libres de pararnos al calor de la autorresponsabilidad.
¡Fija un límite! ¡Maneja la ira! ¡Dile a alguien no, o para eso! ¡Salte de una relación! ¡Pide lo que necesites! Elige y responsabilízate de ello. Explora opciones. ¡Date a ti mismo lo que necesitas! Quédate erguido, con la cabeza en alto, y reclama tu poder. ¡Reclama tu responsabilidad hacia ti mismo!
Y aprende a disfrutar de lo bueno.


“Hoy me rehusaré a pensar, hablar, expresarme o actuar como víctima. En vez de ello, alegremente reclamaré la responsabilidad que tengo conmigo mismo y me concentraré en lo que es bueno y correcto en mi vida”.

lunes, 29 de septiembre de 2014

CODEPENDENCIA. EL LENGUAJE DEL ADIÓS. 29 DE SEPTIEMBRE. LA IMPORTANCIA DEL DINERO

No podemos darnos el lujo de permitir que nuestro interés principal en la vida sea el dinero. Eso no nos llevará a la abundancia que estamos buscando. Por lo general, ni siquiera nos llevará a la estabilidad económica.
El dinero es importante. Merecemos que se nos pague lo que valemos. Se nos pagará lo que valemos cuando creamos que lo merecemos. Pero a menudo fracasan nuestros planes cuando nuestra consideración principal es el dinero.
¿Qué es lo que realmente queremos hacer? ¿Qué nos sentimos conducidos a hacer? ¿ Qué nos están diciendo nuestros instintos? ¿Qué nos sentimos guiados a hacer? ¿Qué nos emociona hacer? Busca una manera de hacer eso, sin preocuparte por el dinero.
Considera los aspectos económicos. Fija límites acerca de lo que necesitas que te paguen. Sé razonable. Espera empezar desde abajo y trabaja para subir. Pero si te sientes conducido hacia un trabajo, ve por él.
¿Hay algo que realmente no queramos hacer, algo que va contra nuestra fibra, pero que estamos tratando de obligarnos a hacer “por dinero”? por lo general, ésa es una conducta que hace salir el tiro por la culata. No funciona. Nos hacemos desgraciados a nosotros mismos, y lo del dinero por lo general tampoco sale bien.
He aprendido que cuando me soy fiel a mí misma acerca del trabajo y de lo que necesito estar haciendo, el dinero viene solo. A veces no es tanto como yo quiero; a veces soy gratamente sorprendida, y es más. Pero estoy contenta y tengo lo suficiente.
El dinero es una consideración, pero no puede ser nuestra consideración primordial si estamos buscando seguridad espiritual y paz interior.


“Hoy tomaré en cuenta el dinero, pero no permitiré que se convierta en mi principal consideración. Dios mío, ayúdame a serme fiel a mí mismo y a confiar en que fluirá el dinero”.

domingo, 28 de septiembre de 2014

CODEPENDENCIA. EL LENGUAJE DEL ADIÓS. 28 DE SEPTIEMBRE. PLEGARIAS

He aquí algunas de mis plegarias favoritas:

Ayúdame. Por favor. Abstente.
Enséñame. Guíame. Cámbiame.
¿Estás ahí?
¿Por qué hiciste eso?
Ah
Gracias


“Hoy le diré a Dios lo que quiero decirle y escucharé la respuesta de Dios. Recordaré que puedo confiar en Él”.

sábado, 27 de septiembre de 2014

CODEPENDIENTES. EL LENGUAJE DEL ADIÓS. 27 DE SEPTIEMBRE, RETROCESOS TEMPORALES

A veces, después de empezar la recuperación, las cosas parecen empeorar. Nuestras finanzas, nuestras relaciones o nuestra salud pueden parecer deteriorarse

Esto es temporal. Esta es una parte normal de la recuperación y de la curación. Puede ser que las cosas sean así durante un tiempo, pero no demasiado.

Sigue trabajando en la recuperación, y la tendencia se revertirá. En poco tiempo, las cosas, y nosotros, estaremos mejor que estábamos antes. Esta vez, la base será sólida.


“Dios mío, ayúdame a confiar en Ti y en la recuperación, aunque tenga retrocesos. Ayúdame a recordar que los problemas son temporales y que cuando se solucionen, estaré en un terreno más firme”.

viernes, 26 de septiembre de 2014

CODEPENDIENTES. EL LENGUAJE DEL ADIÓS. 26 DE SEPTIEMBRE. SINTÁMONOS PROTEGIDOS

Nuestra tarea no es una tarea ingenua de sentirnos a salvo, de vivir y de amar en un mudo utópico. Una mujer comentaba que nuestra tarea es hacernos sentir a salvo al tiempo que aprendemos a vivir y a amar en un mundo que es inseguro.
No queremos morar en los peligros, porque eso le da poder a lo negativo. Tampoco queremos ignorarlos o pretender que no existen.
Si fuéramos a tomar un baño de sol, no seríamos ingenuos acerca de los peligros del sol. Sabemos que los rayos dañinos pueden quemarnos. Tomaríamos medidas para protegernos, para que pudiéramos disfrutar de los beneficios del sol.
Esa es nuestra tarea en la recuperación.
Esto es lo que una mujer, una profesional de la salud, me dijo:
Imagina un filtro que te rodea. Colócalo alrededor de ti, no tan pesado y grueso que no pueda penetrar la luz, ni tan delgado que te expongas al peligro.
Mírate a ti misma protegida por un filtro efectivo. Asegúrate de que el filtro esté abierto a lo bueno. Por un tiempo, tu filtro era demasiado grueso. No dejaba pasar lo que tú querías. Ahora, cámbialo para que deje entrar lo bueno.
Este es tu filtro para la vida y para el mundo. Míralo. Imagínatelo siempre rodeándote. El te envuelve de amor, de consuelo, de protección. No puede entrar nada perjudicial. Ninguna energía negativa puede penetrar ese filtro.
Vete en paz; vete a salvo; vete, ahora, sabiendo que estás protegida. Ve adonde necesites ir. El mal ha sido bloqueado; se está derramando la buena voluntad. No tienes que trabajar tan duro por protegerte. Puedes relajarte y disfrutar de la vida, confiando en que estas segura. Vete sin miedo, pues estas envuelta en amor y protección. Y siempre lo estarás.


“Hoy me imaginaré envuelta en un escudo que bloquea los rayos negativos y perjudiciales del mundo, pero que esta construido de forma que pueda entrar el bien”.

jueves, 25 de septiembre de 2014

CODEPENDENCIA. EL LENGUAJE DEL ADIÓS. 25 DE SEPTIEMBRE. EN PAZ CON EL PASADO

Ni Dios puede cambiar el pasado.(Agatón).

Aferrarse al pasado, ya sea a través de la culpa, de la nostalgia, de la negación o del resentimiento, es un desperdicio de valiosa energía, de energía que se puede usar para transformar el hoy y el mañana.
“Yo solía vivir en mi pasado”, dijo una mujer en recuperación “O bien estaba tratando de cambiarlo, o lo estaba dejando que me controlara. Por lo general eran ambas cosas”.
“Constantemente me sentía culpable de cosas que habían sucedido. De cosas que yo había hecho; de cosas que otros me habían hecho a mi, aunque había reparado casi todos los daños, la culpa me embargaba. De alguna manera, todo era mi culpa. Simplemente, nunca pude dejarlo ir”.
“Me aferre a la ira durante años, diciéndome a mi misma que era justificada.Estaba en negación acerca de muchas cosas. A veces, trataba de olvidarme absolutamente de mi pasado, pero nunca me detuve a analizarlo realmente; mi pasado era como una nube oscura que me perseguía, y del cual no me podía sacudir. Supongo que me asustaba dejarlo ir, que le temía al hoy, que le temía al mañana.”
“He estado en recuperación durante años, y me ha llevado casi los mismos años tener una perspectiva adecuada de mi pasado. Estoy aprendiendo que puedo olvidarlo; necesito curarme de él. Necesito sentir y dejar ir cualquier sentimiento que aún tenga, especialmente la ira.”
“Necesito dejar de culparme a mí misma por los eventos dolorosos que ocurrieron y confiar en que todo ha sucedido de acuerdo con lo programando y que verdaderamente todo está bien. He aprendido a dejar de tener remordimientos, a sentirme agradecida”.
“Cuando pienso en el pasado, le doy gracias a Dios por la curación y el recuerdo. Si ocurre algo que necesite de una reparación, lo hago y termino con ello. He aprendido a ver mi pasado con compasión hacia mi misma, confiando en que mi Poder Superior tenía el control, incluso entonces”.
“Me he curado de algunas de las peores cosas que me pasaron. He hecho las paces conmigo misma acerca de estas cuestiones y he aprendido que curarme de algunas de ellas me ha permitido ayudar a los otros a curarse también. Soy capaz de ver cómo las peores cosas me ayudaron a formar mi carácter y a desarrollar algunas de mis facetas más sutiles.”
“Incluso he llegado a desarrollar gratitud por mis relaciones fracasadas porque ellas me han llevado a ser quien soy y a encontrarme donde me encuentro hoy.”
“Lo que he aprendido ha sido la aceptación, sin culpa, sin ira, sin culpar y sin vergüenza. He tenido incluso que aprender a aceptar los años que pasé sintiéndome culpable, enojada, avergonzada y culpando a los demás.”
Nosotros no podemos controlar el pasado. Pero podemos transformarlo permitiéndonos curarnos de él y aceptándolo con amor a nosotros mismos y a los demás. Lo sé, porque esa mujer soy yo.


“Hoy empezaré a sentir gratitud por mi pasado. No puedo cambiar lo que ocurrió, pero puedo transformar el pasado adueñándome de mi poder, ahora, para aceptar, para curarme y para aprender de él”.

miércoles, 24 de septiembre de 2014

CODEPENDIENTES, EL LENGUAJE DEL ADIÓS. 24 DE SEPTIEMBRE. PERMITÁMONOS TENER NECESIDADES

Podemos aceptarnos a nosotros mismos como gente que tiene necesidad, la necesidad de consuelo, de amor, de comprensión, de amistad, de un sano contacto.
Necesitamos refuerzo positivo, alguien que nos escuche, alguien que nos dé. No somos débiles por necesitar estas cosas. Estas necesidades nos hacen humanos y sanos. Satisfacer nuestras necesidades –creer que merecemos satisfacerlas- nos hace felices.
Hay épocas, también, en que además de nuestras necesidades normales, estamos particularmente necesitados. En esas épocas, necesitamos más de lo que podemos dar. Eso también está bien.
Podemos aceptar e incorporar nuestras necesidades y nuestra parte necesitada, a todo nuestro ser. Podemos asumir la responsabilidad por nuestras necesidades. Eso no nos hace débiles o deficientes. Eso no significa que no nos estemos recuperando adecuadamente, ni tampoco significa que seamos dependientes de una manera enfermiza. Hace gobernables nuestras necesidades y a nuestra parte necesitada. Nuestras necesidades dejan de controlarnos, y recuperamos el control.
Entonces, nuestras necesidades empiezan a ser satisfechas.


“Hoy aceptaré mis necesidades y mi parte necesitada. Creo que merezco satisfacer mis necesidades, y permitiré que eso suceda”.

martes, 23 de septiembre de 2014

CODEPENDIENTES. EL LENGUAJE DEL ADIÓS. 23 DE SEPTIEMBRE. TOLERANCIA

Practica la tolerancia.

Toleramos nuestros arranques, nuestros sentimientos, nuestras reacciones, nuestras peculiaridades, nuestra humanidad.
Toleramos nuestros altibajos, nuestra resistencia al cambio, nuestra naturaleza batalladora y a veces difícil. Toleramos nuestros miedos, nuestros errores, nuestra tendencia natural a escondernos de los problemas y del dolor.
Toleramos nuestra vacilación a acercarnos a la gente, a mostrarnos, ser vulnerables.
Toleramos nuestra necesidad de sentirnos a veces superiores, avergonzados y compartir ocasionalmente el amor como iguales. Toleramos la forma como progresamos, unos cuantos pasos adelante y dos para atrás.
Toleramos nuestro deseo instintivo de controlar y cómo renuentemente aprendemos a practicar el desapego. Toleramos la forma como decimos que queremos amor, y luego a veces hacemos que se alejen los demás. Toleramos nuestra tendencia a volvernos obsesivos, a olvidarnos de confiar en Dios y, ocasionalmente, a quedarnos atorados.

Hay algunas cosas que no toleramos. No toleramos conductas abusivas o destructivas en contra de los demás o de nosotros mismos.
Practiquemos una sana, amorosa tolerancia hacia nosotros mismos, dijo un hombre. Cuando lo hagamos, aprenderemos a tolerar a los demás. Luego, vayamos un paso más allá.
Aprendamos que toda la humanidad que estamos tolerando es lo que nos hace bellos a nosotros y a los demás.


“Hoy seré tolerante conmigo mismo. A partir de ello, aprenderé a ser adecuadamente tolerante con los demás”.

lunes, 22 de septiembre de 2014

CODEPENDIENTES. EL LENGUAJE DEL ADIÓS. 22 DE SEPTIEMBRE. CONFIEMOS EN NOSOTROS MISMOS

Muchos de nosotros creíamos que hacer caso a las palabras de Dios o de nuestro Poder Superior significaba seguir reglas rígidas, un libro de instrucciones para la vida.
Muchos de nosotros ahora creemos otra cosa. Las reglas rígidas, las instrucciones sin fin, la exhortación a la perfección, no son las palabras que murmura nuestro Poder Superior.
Las palabras de Dios son esas calmadas, pequeñas palabras que llamamos intuición o instinto, que nos van conduciendo y guiando adelante.
Somos libres de ser como somos, de escucharnos y confiar en nosotros mismos. Somos libres de escuchar las gentiles, amorosas palabras de un Poder Superior, las palabras murmuradas a nosotros y a través de cada uno de nosotros.


“Hoy, ayúdame, Dios mio, a dejar ir las reglas rígidas basadas en la vergüenza. Escogeré la libertad para amar, para escuchar y para confiar”.

domingo, 21 de septiembre de 2014

ODEPENDIENTES. EL LENGUAJE DEL ADIÓS. 21 DE SEPTIEMBRE. DEJA IR LA URGENCIA

Una cosa a la vez.
Eso es todo lo que tenemos que hacer. No dos cosas a la vez, sino una cosa hecha en paz.
Una tarea a la vez. Un sentimiento a la vez. Un día a la vez. Un problema a la vez. Un paso a la vez.
Un placer a la vez.
Relájate. Deja ir la urgencia. Empieza calmádamente ahora. Toma una sola cosa a la vez. ¿Ves cómo todo se arregla?


“Hoy haré en paz una sola cosa a la vez. Cuando tenga dudas, haré primero lo primero”.

sábado, 20 de septiembre de 2014

CODEPENDIENTES. EL LENGUAJE DEL ADIÓS. 20 DE SEPTIEMBRE. ESPONTANEIDAD

En la recuperación ¡Estamos aprendiendo a dejarnos ir! Estamos aprendiendo a ser espontáneos.
La espontaneidad puede asustarnos a algunos de nosotros. Podemos temer la pérdida de control que implica la espontaneidad. Podemos seguir operando aún bajo las reglas codependientes que prohíben la espontaneidad: sé bueno; sé correcto; sé perfecto; sé fuerte; no te diviertas; y estate siempre en control.
Podemos asociar la espontaneidad con el actuar de una manera adictiva, compulsiva, autodestructiva o irresponsable. No es eso de lo que estamos hablando en la recuperación. La espontaneidad positiva implica expresar libremente lo que somos, de una manera divertida, sana, que no nos lastima y que no infringe los derechos de los demás.
Aprendemos a ser espontáneos y libres a medida que nos vamos haciendo más conscientes y vamos creciendo en autoestima. La espontaneidad surge a medida que se incrementa la confianza y la fe en nosotros mismos, y nos vamos sintiendo más seguros de nuestra capacidad de mantener límites sanos.
Ser espontáneos está en relación con nuestra capacidad para jugar y para lograr intimidad. Para llegar a todas esas deseables acciones, necesitamos ser capaces de dejar ir nuestra necesidad de controlarnos a nosotros mismos y de controlar a los demás, y entrar completa y libremente en el momento presente.
Deja ir la tirante rienda con que te detienes a ti mismo. ¿Qué importa si cometes un error? ¿Qué importa si te equivocas?.
Saborea tus imperfecciones. Permítete ser un poquito necesitado, un poquito vulnerable. ¡Corre un riesgo!
Podemos ser espontáneos sin hacernos daño a nosotros mismos o a los demás. De hecho, todo el mundo se beneficiará de nuestra espontaneidad.


“Hoy tiraré el libro de reglas y disfrutaré de ser como soy. Me divertiré un poco con el regalo de la vida, de mí mismo y de los demás”.

viernes, 19 de septiembre de 2014

CODEPENDIENTES. EL LENGUAJE DEL ADIÓS. 19 DE SEPTIEMBRE. DISCULPAS

A veces actuamos de una manera que nos deja incómodos. Eso es humano. Por eso tenemos las palabras: “Lo siento”. Curan y cierran la brecha. Pero no tenemos por qué decir “lo siento” si no hemos hecho nada mal. Una sensación de vergüenza puede llevarnos a disculparnos de todo lo que hacemos, de cada palabra que decimos, por estar vivos y ser como somos.
No tenemos por qué pedir disculpas por cuidar de nosotros mismos, por manejar nuestros sentimientos, por fijar límites, por divertirnos o porque nos estamos curando.
No tenemos que cambiar nunca de rumbo, si éste es el que más nos conviene, pero a veces una disculpa general reconoce otros sentimientos y puede ser útil cuando no están claras las cosas en una relación. Podemos decir: “Siento mucho el pleito que tuvimos. Siento mucho que te haya lastimado con lo que tuve que hacer para cuidarme a mí mismo; no tenía la intención de que así fuera”.
Una vez que pedimos una disculpa, no tenemos que seguirla repitiendo. Si alguien quiere seguirnos sacando una disculpa por el mismo incidente, eso es asunto de esa persona y no tenemos porque dejarnos enganchar.
Podemos aprender a tomar seriamente nuestras disculpas y a no darlas cuando no sean validas. Cundo nos sintamos bien con nosotros mismos, sabremos cuando es momento de decir que lo sentimos y cuando no.


“Hoy tratare de ser claro y sano en mis disculpas, asumiendo responsabilidad por mis acciones y por las de nadie mas. Dios mio, ayúdame a averiguar de que es de lo que necesito disculparme y que no es responsabilidad mía”.

jueves, 18 de septiembre de 2014

CODEPENDIENTES. EL LENGUAJE DEL ADIÓS. 18 DE SEPTIEMBRE. DEJA QUE SUCEDAN COSAS BUENAS

Antes de la recuperación, mis relaciones eran pésimas. No me iba muy bien en mi trabajo. Estaba entrampado en mi familia disfuncional ¡Pero al menos sabía qué esperar! (Anónimo).

Quiero que la segunda mitad de mi vida sea tan buena como la primera fue de desgraciada. A veces tengo miedo de que no sea así. A veces me asusta que pueda ser así.
Las cosas buenas pueden asustarnos. El cambio, incluso el cambio para bien, puede ser atemorizante. De alguna manera, los cambios para bien pueden ser más atemorizantes que las épocas difíciles.
El pasado, particularmente el de antes de la recuperación, puede haberse vuelto confortablemente familiar. Sabíamos qué esperar en nuestras relaciones. Eran predecibles. Eran repeticiones del mismo patrón, las mismas conductas, el mismo dolor, una y otra vez. Podrán no haber sido lo que queríamos, pero sabíamos lo que iba a suceder. Esto no ocurre cuando cambiamos de patrones y empezamos la recuperación.
Podemos haber sido bastante buenos para predecir eventos en la mayor parte de las áreas de nuestra vida. Las relaciones serían dolorosas.
Nosotros viviríamos en privación.
Cada año sería casi una repetición del año anterior. A veces, las cosas se ponían un poco peor; otras un poco mejor, pero el cambio no era drástico. No hasta el momento en que empezamos la recuperación.
Entonces cambiaron las cosas. Y cuanto más progresamos en este milagroso programa, más cambiamos nosotros y nuestras circunstancias. Empezamos a explorar un territorio desconocido.
Las cosas se ponen bien. Se mejoran todo el tiempo. Empezamos a tener éxito en el amor, en el trabajo, en la vida. Un día a la vez, empiezan a ocurrir cosas buenas y la desgracia se disipa.
Ya no queremos ser víctimas de la vida. Hemos aprendido a evitar las crisis y traumas innecesarios.
La vida se pone buena.
“¿Cómo manejo las cosas buenas?”, preguntó una mujer. “Es más difícil y más extraño que el dolor y la tragedia.”
“Del mismo modo que manejábamos las experiencias difíciles y dolorosas”, le contesté. “Un día a la vez”.

“Hoy, Dios mío, ayúdame a dejar ir mi necesidad de vivir en el dolor y en la crisis. Ayúdame a quitarme lo más pronto posible los sentimientos de tristeza y los problemas. Ayúdame a encontrar mi base y equilibrio en la paz, la alegría y la gratitud. Ayúdame a trabajar tan duramente por aceptar lo bueno como he trabajado de

duro en el pasado para aceptar lo doloroso y lo difícil”.

miércoles, 17 de septiembre de 2014

CODEPENDIENTES. EL LENGUAJE DEL ADIÓS. 17 DE SEPTIEMBRE. CONDUCTAS CON LAS NUEVAS RELACIONES

En la recuperación hablamos mucho acerca de las conductas que se siguen en las relaciones nuevas: permitirles a los demás ser ellos mismos sin reaccionar excesivamente y tomarnos las cosas en forma personal, y adueñarnos de nuestro poder para cuidar de nosotros mismos. Hablamos acerca de dejar ir nuestra necesidad de controlar, concentrándonos en la autoresponsabilidad, y en no disponernos a ser víctimas concentrándonos en la otra persona al tiempo que nos descuidamos a nosotros mismos. Hablamos acerca de tener y de fijar límites sanos, de hablar directamente y de asumir la responsabilidad por lo que queremos y necesitamos.
Aunque estas conductas ciertamente nos ayudan a lidiar con la gente adicta, no son conductas diseñadas sólo para utilizarse en lo que llamamos “relaciones disfuncionales”.
Estas conductas son nuestras nuevas conductas en las relaciones nuevas. Nos ayudan en las relaciones tirantes. Nos pueden ayudar a atravesar épocas de estrés en las relaciones sanas.
Las conductas de recuperación que estamos aprendiendo son herramientas –destrezas para tener relaciones sanas- que nos ayudan a mejorar la calidad de todas nuestras relaciones.
Recuperación significa cuidar de uno mismo –aprender a cuidarnos y a amarnos a nosotros mismos -con la gente. Entre mas sanos nos volvamos, mas sanas se volverán nuestras relaciones. Y nunca dejaremos de tener necesidad de conductas sanas.


“Hoy me acordare de aplicar mis conductas de recuperación a todas mis relaciones, con amigos y compañeros de trabajo, al igual que en cualquier relación amorosa especial. Trabajare duro por cuidarme a mi mismo en las relaciones difíciles, averiguando cual habilidad seria mejor aplicar. También considerare las formas como se podrían beneficiar mis relaciones sanas con mis nuevas destrezas para manejar relaciones”.

martes, 16 de septiembre de 2014

CODEPENDIENTES. EL LENGUAJE DEL ADIÓS. 16 DE SEPTIEMBRE. VENGANZA

No importa cuánto tiempo llevemos en recuperación, no importa qué sólido sea nuestro fundamento espiritual, podemos sentir aún un abrumador deseo de castigar a otra persona o de desquitarnos de ella.
Queremos venganza.
Queremos que la otra persona sufra como nos ha hecho sufrir a nosotros. Queremos ver que la vida le dé a esa persona su justa recompensa. De hecho, nos gustaría ayudarle a la vida a hacerlo. Esos son sentimientos normales, pero no tenemos que actuar conforme a ellos. Esos sentimientos son parte de la ira que sentimos, pero no es nuestra labor administrar justicia.
Podemos permitirnos sentir la ira. Es útil ir un paso más profundo y dejarnos sentir los otros sentimientos: el daño, el dolor, la angustia. Pero nuestra meta es liberar esos sentimientos y acabar con ellos.
Podemos hacer responsable a la otra persona. Podemos responsabilizarla. Pero no es nuestra responsabilidad ser juez y parte. Buscar venganza activamente no nos ayudará. Nos bloqueará y nos retendrá.
Aléjate. Deja de jugar el juego. Desengánchate. Aprende tu lección. Dale gracias a la otra persona por haberte enseñado algo valioso. Y acaba con ello. Ponlo detrás, con la lección intacta.
La aceptación ayuda. Lo mismo el perdón, no del tipo que invita a la persona a que nos use otra vez, sino un perdón que libere a la otra persona y lo deje en libertad de seguir un camino diferente, al tiempo que nosotros nos liberamos de nuestra ira y resentimiento. Que nos libera para seguir nuestro propio sendero.


“Hoy estaré tan enojado como tenga que estar, con la meta de acabar mis asuntos con los demás. Una vez que haya liberado mi dolor y mi ira, me esforzaré por perdonar sanamente, perdonar con límites. Entiendo que los límites, aparejados con el perdón y la compasión, me llevarán hacia adelante”.

lunes, 15 de septiembre de 2014

CODEPENDIENTES. EL LENGUAJE DEL ADIÓS. 15 DE SEPTIEMBRE. ATRAVESAR TIEMPOS DIFÍCILES

Somos seres tenaces. Pero, de muchas maneras, somos frágiles. Podemos aceptar el cambio y la pérdida, pero esto lo hacemos a nuestro propio ritmo y a nuestro propio estilo. Y solamente nosotros y Dios podemos determinar ese momento. (Ya no seas codependiente).

Los tiempos difíciles, los tiempos de estrés, no son todo lo que hay en la vida, pero sí son parte de la vida, del crecimiento, y del seguir adelante. Lo que hacemos con los tiempos difíciles, o con la energía difícil, es elección nuestra.
Podemos utilizar la energía de los tiempos difíciles para resolver nuestros asuntos. Podemos usarla para afinar nuestras habilidades y nuestra espiritualidad. O podemos atravesar estas situaciones sufriendo, almacenando amargura y rehusándonos a crecer o a cambiar.
Los tiempos difíciles nos pueden motivar y moldear para sacar lo mejor de nosotros mismos. Podemos usar estas épocas para adelantar y subir a niveles más altos de vivir, de amar y de crecer.
La elección es nuestra ¿Nos dejamos sentir? ¿Adoptamos una actitud espiritual, incluyendo en ella la gratitud, hacia el evento? ¿Le preguntamos a la vida y a nuestro Poder Superior que es lo que se supone que debemos estar aprendiendo y haciendo? ¿O utilizaremos el incidente para probar creencias viejas, negativas? ¿Diremos: “A mi nunca me pasa nada bueno… solo soy una victima… No se puede confiar en la gente… La vida no vale la pena vivirla”?
No siempre requerimos de la energía difícil, o estrés, para motivarnos a crecer o a cambiar. No tenemos que crear estrés, buscarlo o atraerlo. Pero si esta ahí, podemos aprender a canalizarlo en crecimiento y utilizarlo par lograr lo que es bueno en la vida.


“Dios mio, permite que mis tiempos difíciles sean épocas de curación”.

domingo, 14 de septiembre de 2014

CODEPENDIENTES. EL LENGUAJE DEL ADIÓS. 14 DE SEPTIEMBRE. ¿QUÉ ES BUENO PARA MI?

Cuando nos estemos escudriñando el alma, ya sea a causa de pequeñas o grandes decisiones que enfrentemos durante el día, podemos aprender a preguntarnos, ¿ Esto es bueno para mí?… ¿Es esto lo que realmente quiero?…. ¿Es esto lo que necesito?…. ¿Siento que esta es la dirección correcta para mí?…¿O estoy sucumbiendo al control y la influencia que a veces permito que otros tengan sobre mí?
No es un egoísmo enfermizo cuestionarnos si algo nos conviene. Esa es una vieja manera de pensar. Preguntarnos si algo es bueno para nosotros es una conducta sana de la que no tenemos por qué avergonzarnos, y que probablemente resultará conforme también a los mejores intereses de las otras personas.
No nos extraviaremos en el sendero egoísta de la autoindulgencia por preguntarnos si una cosa nos conviene. No nos desviaremos del plan que Dios tiene para nosotros. Al hacernos esta sencilla pregunta, participamos en dirigir nuestra vida hacia el bien y el propósito más alto; nos adueñamos de nuestro poder para mantenernos en
autoestima.


“Hoy empezaré a actuar conforme a mis mejores intereses. Lo haré con el entendimiento de que, en su momento, lo que elija no complacerá a todos los que me rodean. Lo haré con el entendimiento de que preguntarme si una cosa me conviene en último término me ayudará a asumir una verdadera responsabilidad por mi vida y por mis elecciones”.

sábado, 13 de septiembre de 2014

CODEPENDIENTES. EL LENGUAJE DEL ADIÓS. 13 DE SEPTIEMBRE. TIEMPO DE REPROGRAMAR

La recuperación no es trabajo cansado, no recompensado. Hay tiempos de alegría y de descanso, tiempos en que cómodamente practicamos lo que hemos aprendido. Hay épocas de cambio, épocas en las que batallamos por aprender algo nuevo o por superar un problema en particular.
Éstas son las épocas en las que lo que hemos estado practicando en la recuperación empieza a mostrarse en nuestra vida. Estas épocas de cambio son intensas, pero tienen un propósito.
Tambien hay épocas en las que, a un nivel profundo, estamos siendo “reprogramados”. Empezamos a dejar ir creencias y conductas. podemos sentirnos asustados o confundidos durante estas épocas. Nuestras antiguas conductas o patrones podrán no habernos funcionado, pero eran cómodos y familiares.
Durante estas épocas podemos sentirnos vulnerables, solos y necesitados, como lo estamos en un viaje cuando no tenemos un mapa o una linterna, y nos sentimos como si nadie hubiera pasado antes por esta tierra.
Podemos no comprender lo que se esta resolviendo en nuestro interior. Podemos no saber adonde se nos esta conduciendo.
Se nos está conduciendo. No estamos solos. Nuestro Poder Superior está obrando lo mejor para traer a nosotros un verdadero cambio. Otros han viajado por este camino también. Se nos conducirá hacia alguien que pueda ayudarnos, alguien que pueda brindar las señales que necesitamos.
Se nos está preparando para recibir tanta alegría y amor como nuestro corazón puede albergar.
La recuperación es un proceso curativo. Podemos confiar en él, aunque no lo comprendamos. Estamos justo donde necesitamos estar dentro de este proceso. Estamos pasando exactamente por lo que necesitamos experimentar. Y a donde estamos yendo es mejor que cualquier lugar en el que hayamos estado.


“Hoy, Dios Mío ayúdame a creer que los cambios por los que estoy atravesando son para bien. Ayúdame a creer que el camino por el que estoy viajando me llevará a un lugar de luz, de amor y de alegría”.

viernes, 12 de septiembre de 2014

CODEPENDENCIA. EL LENGUAJE DEL ADIÓS. 12 DE SEPTIEMBRE. LA CURACIÓN

Debemos aprender a no impacientarnos con el lento proceso curativo del tiempo. Debemos disciplinarnos a nosotros mismos para reconocer que hay que seguir muchos pasos en el camino que va de la pena a la renovada serenidad. Debemos anticipar estas etapas en nuestra convalecencia emocional: insoportable dolor, pena punzante, días vacíos, resistencia al consuelo, desinterés por la vida, que gradualmente van cediendo paso.. al nacimiento de un patrón de acción y de aceptación del irresistible desafío de la vida. (Joshua Loth Liebman).

La recuperación es un proceso. Es un proceso gradual, un proceso de curación y un proceso espiritual, un viaje más que un destino.

Así como la codependencia cobra vida propia y es progresiva, así progresa también la recuperación. Una cosa lleva a la otra y las cosas –al igual que nosotros- mejoran.

Podemos relajarnos, hacer nuestra parte y dejar que ocurra el resto.


“Hoy confiaré en este proceso y en este viaje que he emprendido”.

jueves, 11 de septiembre de 2014

CODEPENDENCIA. EL LENGUAJE DEL ADIÓS. 11 DE SEPTIEMBRE, CONFLICTO Y DESAPEGO

En una relación hay esas épocas maravillosas en que las cosas transcurren suavemente para ambas personas, y ninguna de las dos necesita concentrarse demasiado en el concepto del desapego. Pero hay esas épocas desafiantes en que una persona está en crisis o está cambiando, y necesitamos desapegarnos.
Luego están también esos ciclos estresantes donde ambas personas están lidiando con cuestiones muy intensas. Ambos están necesitados y ninguno tiene nada que dar.
Hay época en que desapegarnos y cuidar de nosotros mismos es difícil. Es sutil, en esos momentos, identificar el problema. Ambas personas están lidiando y curándose. Ninguna tiene mucho que dar. por lo menos por el momento. Y ambas se sienten particularmente necesitadas.
Ese es el problema.
¿Cual es la solución?
Puede no haber una solución perfecta. El desapego sigue siendo la clave, pero puede resultar difícil cuando nosotros mismos necesitamos apoyo. De hecho, la otra persona puede estar pidiendo apoyo mas que ofreciendolo.
Aun así podemos trabajar con el desapego. Aun así podemos manejar nuestros sentimientos. Podemos aceptarlo como un ciclo temporal en la relación y dejar de estar buscando que la otra persona nos de algo que él o ella no pueden dar por el momento.
Podemos también dejar de esperar que nosotros demos por el momento.
La comunicación ayuda. Identificar el problema y hablar acerca de él sin culpa ni avergonzar es un principio. Ingeniar sistemas de apoyo alternativos, o formas de satisfacer nuestras necesidades, ayuda. Seguimos siendo responsables de cuidar de nosotros mismos, aunque estemos en la mejor de las relaciones. Podemos esperar
razonablemente que los conflictos de necesidades y el choque de asuntos por resolver se den en las relaciones más amorosas, más sanas.
Es uno de los ciclos del amor, de la amistad y de la familia. Si es una relación sana, la crisis no continuará indefinidamente.
Recuperemos nuestro equilibrio. La otra persona lo recuperará también. Podemos dejar de estar volviéndonos locos esperando que la otra persona esté equilibrada cuando no lo está.
Hablemos las cosas. Resolvamos las cosas. Mantengamos nuestras expectativas acerca de nosotros mismos, de los demás y de nuestras relaciones sanas y razonables.
Una buena relación será capaz de mantenerse y de sobrevivir a los malos tiempos. A veces, los necesitamos para que ambos podamos crecer y aprender por separado.
A veces, la gente que por lo general está ahí para apoyarnos no puede hacerlo. Podemos encontrar otra manera de cuidar de nosotros mismos.


“Hoy recordaré que mis mejores relaciones tienen tiempos malos. Si el mal es la norma, consideraré cuánto de deseable es la relación. Si el mal tiempo es un ciclo temporal, practicaré el comprenderme a mí mismo y a la otra persona. Dios mío , ayúdame a recordar que la ayuda y el apoyo que quiero y necesito no viene nada más en forma de una sola persona. Ayúdame a estar abierto a opciones sanas para cuidar de mí mismo si no dispongo de mi sistema normal de apoyo”.

miércoles, 10 de septiembre de 2014

CODEPENDENCIA. EL LENGUAJE DEL ADIÓS. 10 DE SEPTIEMBRE. AUTOAPROBACIÓN

La mayoría de nosotros queremos caer bien. Queremos que los otros piensen que somos agradables, amistosos, amables y amorosos. La mayoría de nosotros queremos la aprobación de los demás.
Desde la niñez, algunos de nosotros hemos estado tratando de obtener aprobación, tratado de caerle bien a la gente y que ésta nos tenga en alta estima. Podemos tener miedo a que la gente nos deje si desaprueba nuestras acciones. Podemos buscar aprobación de gente que no tiene nada de aprobación que dar. Podemos no saber que somos dignos de amor ahora y que podemos aprender a aprobarnos a nosotros mismos.
Para poder vivir felices, para vivir consistentemente con la forma como nuestro Poder Superior quiere que vivamos, y para ceñirnos a un modo de vida que está en armonía con el universo, necesitamos dejar ir nuestra extremada necesidad de aprobación. Estas necesidades insatisfechas de aprobación y de amor de nuestro pasado le dan a los demás control sobre nosotros hoy. Estas necesidades pueden impedirnos actuar como mejor nos conviene y ser fieles a nosotros mismos.
Nosotros podemos aprobarnos solos. Al final, ésa es la única aprobación que cuenta.


“Hoy dejaré ir mi necesidad de aprobación y mi necesidad de caer bien. Las remplazaré con la necesidad de caerme bien y de aprobarme yo misma. Disfrutaré la sorpresa que encontraré cuando lo haga. La gente que cuenta, incluyéndome a mí mismo, me respetará cuando me sea fiel a mí mismo”.

martes, 9 de septiembre de 2014

CODEPENDENCIA. EL LENGUAJE DEL ADIÓS. 9 DE SEPTIEMBRE. PERSPECTIVA

Muy a menudo tratamos de tener una perspectiva clara antes de tiempo.
Eso siempre nos vuelve locos.
No siempre sabemos por que están ocurriendo las cosas de este modo. No siempre sabemos como resultara una relación en particular. No siempre entendemos el origen de nuestros sentimientos, por que se nos ha llevado por un sendero en particular, que se esta resolviendo en nuestro interior, que estamos aprendiendo, por que necesitamos experimentar reciclajes, por que tuvimos que esperar, por que necesitamos pasar un tiempo de disciplina, o por que se cerro una puerta. Como resultaran nuestras circunstancias actuales en el esquema mayor de eventos no siempre nos queda claro. Así es como necesita ser.
La perspectiva vendrá en retrospectiva.
Podemos hacer un esfuerzo excesivo durante horas hoy para comprender el significado de algo que puede venirnos en un instante el año que viene.
Déjalo ir. Dejemos ir nuestra necesidad de averiguar las cosas para sentirnos en control.
Ahora es tiempo de ser. De sentir. De pasar por ello. De permitir que las cosas sucedan. De aprender. De dejar que tome su curso lo que sea que se esté resolviendo en nuestro interior.
Ya pasada la ocasión, lo sabremos. Lo veremos claro. Por hoy, basta con ser. Se nos ha dicho que todas las cosas surtirán efecto para bien de nuestra vida. Podemos confiar en que así ocurrirá, aunque no podemos ver el lugar que ocupan los eventos de hoy dentro del panorama más amplio.

“Hoy dejaré que las cosas sucedan sin tratar de averiguarlo todo. Si hoy no dispongo de claridad, confiaré en que vendrá más tarde, en retrospectiva. Confiaré simplemente en la verdad de que todo está bien, en que los eventos se están desarrollando como deben, y que todo se resolverá para bien de mi vida, mejor de lo que puedo imaginar”.

I AM IN RECOVERY. 12 STEP

Un método para dejar la adicción que ha demostrado su eficacia en todos los países del mundo y con los mas diversos tipos de adicciones, ...